Vitoria - Hace unos días, en un concierto sorpresa, se quitaron el mono del directo en Agurain. Rompieron así con un año en el que han estado concentrados en la realización de Bidea, su tercer disco. Mañana toca visita a la Azoka de Durango y a partir de ahí, de nuevo en la carretera para desgranar ante el público sus once nuevas canciones. Unai Olalde, Aitor Agirre y Joseba Luzuriaga dan así un nuevo paso dentro de un camino conjunto que comparten desde hace cinco años. Eratu ni quiere ni puede pararse.
“Es un disco que aunque entra fácil lleva mucho matiz y creo que con cada escucha se van descubriendo cosas nuevas” describe Luzuriaga, algo motivado tanto por la forma en que se registró el álbum (con los tres tocando juntos en los estudios Mecca de Oiartzun) como por ese estado en el que se encuentran tras este lustro de andadura. De hecho, el título del CD obedece a una reflexión interna “sobre el camino que hemos hecho y el que estamos haciendo porque a veces es necesario pararse a disfrutar con lo que estamos viviendo, aprendiendo, haciendo como grupo”, una idea aplicable a cualquiera, en realidad.
Con las colaboraciones de Juantxo Arakama, Keu Agirretxea y Fer Apoa, Bidea se registró en la primera quincena del pasado agosto, unos días que para el trío nacido entre Gasteiz, Agurain y Ondarroa fueron una convivencia completa. “Nos alquilamos una caravana, nos fuimos al camping de Oiartzun y te puedes imaginar”, ríe el bajista.
Paradisua? (de la que se acaba de publicar el vídeoclip), Heldu nazazu o Pentsatu, hartu, erabaki! son algunos de los temas que componen un trabajo que más allá del metal y el rock sabe dejarse influir por otros sonidos. “De hecho, hay una canción que no la grabamos porque para cuando íbamos a por ella ya no nos encajaba en este disco. Por suerte, cada uno tiene sus gustos y a la hora de componer juntos eso se nota. El no estar cerrados a nada hace, por ejemplo, que tengamos un tema rapeado, algo que cuando empezamos a componer ni se nos hubiese ocurrido que iba a pasar”, apunta Luzuriaga, quien, por esto mismo, pide al público “más de una escucha porque hay cosas, matices, que le van a transmitir”.
Son sonidos que acompañan a unas letras en las que el grupo habla de lo que tiene alrededor, distintas temáticas que, eso sí, se han querido tratar desde una postura vital y creativa determinada. “El rock no es más que una manera más de expresar nuestro descontento con muchas cosas de las que vemos pero sí teníamos claro que queríamos que este disco no fuera negativo. Puedes denunciar una situación de mierda pero sin caer en el negativismo perpetuo. Tampoco en el positivismo barato, por supuesto. Lo que creemos es que se puede luchar con una sonrisa en la cara”, algo que también han querido cuidar en el diseño interior del CD.
Ahora, eso sí, es el turno de los oyentes. También de aquellos espectadores que se quieran encontrar con el trío mañana en la Azoka o el 10 en el Kafe Antzoki de Bilbao. En enero de 2016 tocará pasar por Bonberenea en Tolosa, Larrabetzu y Andoain, y en febrero por el Doka donostiarra. Para verles en Gasteiz habrá que esperar hasta abril. La cita será en la sala Jimmy Jazz.