lA diva del cine italiano Ornella Muti cumplió ayer 60 años “cargada de pensamientos positivos” pese a su condena por fraude fiscal y sintiéndose como cuando tenía 20 años, convencida de que “la edad es solo una invención”. Muti afronta su 60 cumpleaños con la seguridad de haber actuado “de buena fe” al no acudir a una actuación teatral por “estar sin voz” pero haber viajado a Rusia para cenar con el presidente ruso, Vladimir Putin, motivo por el cual el Fisco italiano le ha condenado a pagar 30.000 euros.
Francesca Romana Rivelli (Roma, 1955), que adoptó el nombre artístico de Ornella Muti, debutó en el cine con solo 14 años con Sola frente a la violencia (1970), de Damiano Damiani, una película en la que enamoró con sus ojos azules y rostro de porcelana.
Comenzó entonces su carrera cinematográfica de forma casi accidental, porque fue descubierta por el director italiano cuando ella solo acompañaba a su hermana a una prueba, de la que salió con el papel protagonista. Cuatro años más tarde, en 1974, protagonizó Apasionada, de Mario Monicelli, una producción que rodó en España mientras estaba embarazada de su primera hija Naike, que tuvo con el productor español José Luis Bermúdez de Castro. Su éxito hizo que la diva fuera llamada por los principales directores italianos antes de haber cumplido los 20 años. La fama en Italia le llevó a Hollywood en 1980, donde su primer trabajo fue Flash Gordon, un proyecto que anticipó el cómic en el cine dirigido por Mike Hodges. Combinó desde entonces las comedias con películas como Crónica de una muerte anunciada, de Francesco Rosi, mientras trabajaba en televisión.
A sus sesenta años, con tres hijos y tras dos divorcios, dijo sentirse “como cuando tenía 20” en una entrevista publicada en la revista Grazia y rechazó hacer un “balance” de su carrera porque “es una palabra triste que hace pensar que algo ha terminado”. Por su cumpleaños, comentó que no haría nada especial porque “la edad es solo una invención”, algo que “no le gusta”.