ante el fracaso de la producción Las aventuras del Capitán Alatriste, Paolo Vasile ha decidido meter la directa y sin solución de continuidad ha programado Gran Hermano VIP, en los mismos decorados, mismo equipamiento técnico y saturando la parrilla con directos de última hora de este reality, que de momento tiene poca gracia y escasa calidad narrativa por el elenco de personajes elegidos del rollo mediático de la compraventa de cuerpos y almas; esa es la importancia socialde personajes como Belén Esteban, Olvido Hormigos o Coman con su exuberante miembro viril. No es la primera vez que una productora acomete la tarea de emular al Gran Hermano de Mercedes Milá, con este sucedáneo de concurso plagado de sinsorgos de la vida, encerrados tres meses en una casa y separados en dos grupos, señores y criados, que a falta de ver las pruebas preparadas para animar los días, prometen poco juego salvo el de los escarceos de edredoning que están a punto de estallar, tan aficionados ellas/ellos a la molienda. La selección de individuos ha coronado a quien la haya hecho como rey de la incapacidad y casposidad. Docena larga de personajes que de VIP no tienen nada y que la cadena italiana está dispuesta a estrujarlos en aras de audiencia y negocio. Una pareja de cantantes en decadencia, un torero que no conoce ni la madre que lo parió, exconcejal a quien le va la marcha cosa mala, una triunfadora del más cutre reality de la geografía mediática, un adivino que no adivina nada, una chivata de Cantora y algunas más forman la compañía circense que nos tiene que divertir durante casi cien días y en la que confía Tele 5, de la mano de la adorable presentadora Raquel Sánchez Silva, princesita de la pantalla. ¡Que Dios nos coja confesados¡ , y aún no han entrado todos los títeres del mediático guiñol de Zeppelin TV, que lleva quince años explotando la telerrealidad.
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