donostia - Medio siglo después del hallazgo del húmero de la cueva de Lezetxiki, en Arrasate (Gipuzkoa), una datación directa de este año establece que este hueso tiene un mínimo de 164.000 años, lo que le convierte en el resto humano más antiguo hallado en Euskadi y el segundo de la Península tras los de Atapuerca. Esta prueba, realizada en Australia, confirma los cálculos del sacerdote y antropólogo José Miguel Barandiarán, descubridor de la cueva, que situó la pieza en el periodo premusteriense, anterior a los neandertales, ya que fue hallada en el estrato más profundo de Lezetxiki, en un nivel inferior al de un cráneo de oso previo al de las cavernas, que desapareció en Europa hace 120.000 años.

El siguiente paso será la puesta en marcha de un proyecto de secuenciación de su genoma, pues se ha comprobado que, aunque degradado, conserva ADN original sin contaminar, lo que permitirá comprobar a qué especie perteneció ese resto y si, como se sospecha, es de una mujer. Los resultados del examen los dieron a conocer ayer la catedrática de Antropología de la UPV-EHU, Concepción de la Rúa, y el paleoantropólogo Jesús Altuna.

En Australia se ha llevado a cabo un análisis morfométrico que ha constatado la “gran afinidad” con los fósiles humanos del Pleistoceno Medio como los de la Sima de los Huesos de Atapuerca, poblaciones anteriores a los neandertales. “Si confirmamos con el ADN esta afinidad morfológica, sería muy interesante clarificar todo el debate sobre las poblaciones del Pleistoceno, que son mucho más complejas de lo que se pensaba. Y parece que no todos fueron antecesores de los neandertales”, destacó De la Rúa. - Efe/DNA