MADRID. "La Academia tiene trescientos años de historia y ha superado momentos de enorme dificultad. Ahora tenemos la obligación de garantizar su continuidad para otros trescientos años más", decía Villanueva (Villalba, Lugo, 1950) en una entrevista con Efe.

Haber resultado elegido director de la RAE después de cinco años como secretario de la Academia es "una gran satisfacción" para alguien que, como él, ha dedicado su vida a la Filología y a la Literatura.

Pero es también "mucha responsabilidad", porque no puede defraudar a quienes lo han elegido ni tampoco "las expectativas que, en relación con la Academia, tiene una comunidad tan amplia de hablantes como la española y, en cierto modo, la hispanoamericana".

Villanueva se ha sumado a una lista de directores de la RAE en la que figuran nombres como el duque de Rivas, Antonio Maura, Menéndez Pidal, Dámaso Alonso, Lázaro Carreter, Víctor García de la Concha y José Manuel Blecua, algo que le "abruma" y le produce "un cierto estremecimiento", y que le obliga a comportarse "con mucha discreción y con mucha humildad".

Reflotar la difícil situación económica que vive la RAE será su principal objetivo, pero no lo hará solo. "Es algo que compete a todos los miembros de la Academia", asegura.

"Estoy convencido de que la Academia tiene recursos suficientes que, si se ponen en acción, pueden ayudar a solventar las dificultades de este momento".

Para salir de la crisis, la RAE ha diseñado ya "un plan estratégico de actuación para un período de cuatro años", que permitirá "estabilizar sus presupuestos con medidas innovadoras pero perfectamente respetuosas con lo que la Academia es".

Entre esas medidas, figura una sociedad de gestión, que empezará su actividad ahora y que permitirá "una mayor flexibilidad en la gestión de recursos".

La revolución digital ha tenido también "una incidencia directa" sobre los trabajos de la Academia y ha favorecido, por ejemplo, el éxito innegable de la versión digital del "Diccionario", que recibe más de 40 millones de visitas mensuales.

La RAE está buscando patrocinador para esa edición digital, y "a principios de 2015" se sabrá quién asume esa función, coincidiendo con la incorporación de la XXIII edición del "Diccionario" a la página web, que contará con "nuevas aplicaciones".

Las consultas del "Diccionario" seguirán siendo gratuitas, pero la Academia no descarta cobrar en un futuro aplicaciones lingüísticas para especialistas, como se hace en otros grandes diccionarios europeos.

Gran experto en Literatura Comparada, Darío Villanueva cree que habrá "un período de transición en el que la situación seguirá siendo económicamente difícil", pero con el nuevo plan, "en cuatro años la Academia podría alcanzar una velocidad de crucero de estabilidad sobre estas nuevas bases".

"Es un reto apasionante, que exige sacrificios y medidas innovadoras, pero es muy estimulante para una entidad con enorme dimensión de futuro", afirma.

Una dimensión de futuro que "viene dada por el hecho de que es una institución que se dedica a algo que está en continua efervescencia, con continua vitalidad, y tan extendido geográficamente como es el idioma español. Ese es el gran estímulo que nos guía", añade el nuevo director.

Desde hace más de quince años, la RAE trabaja "codo con codo" con las demás academias de la Lengua Española, y ahí están para demostrarlo obras tan importantes como la "Nueva Gramática de la Lengua Española", la "Ortografía" y la nueva edición del "Diccionario". "Todo se hace por la vía del consenso y eso tiene una enorme trascendencia", señala Villanueva.

Intensificar las relaciones con América será otro de los grandes objetivos de Darío Villanueva, quien comenta que la RAE podría "reconocer próximamente como Academia correspondiente" a la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española.

La colaboración con las Academias americanas "irá en aumento", gracias también a la concepción totalmente digital que tendrá el "Diccionario" en el futuro, que favorecerá "la mayor presencia del lenguaje de América".

"El nuevo diccionario será auténticamente panhispánico", algo "fundamental porque el español es cada vez más una lengua global". Y España es solo "una parte del idioma", concluye.