BERGARA - Era la última canción del grupo The Potes, banda que tributa a The Pogues. Era el último tema del concierto que se celebraba el pasado sábado en el gaztetxe de Bergara y era, esta vez, versión de RIP, Condenados. Fue en ese momento cuando uno de los músicos de The Potes, el histórico Jul Bolinaga, de 50 años, se desvaneció y cayó al suelo. Su cuerpo ya sin vida fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Donostia, donde se le practicó la autopsia a quien fue guitarrista de la leyenda de RIP, grupo de Arrasate en el que solo queda vivo su hermano Txerra, batería de la formación. Jul también fue integrante de The Kagas -con Evaristo Páramos- y de Txapelpunk.

La noticia corrió de boca a oído. Nadie podía dar crédito. Koldo Otamendi, del portal Musika Zuzenean, lo recuerda. “Me llamó un amigo, pasado. Me quedé blanco. Jul era lo que se dice un buen tío. En RIP era el que menos destacaba pero sus riffs eran de lo mejor de aquí. Era tan grande como humilde, discreto. Son cosas que pasan en esta puta vida”, valoraba Otamendi. Aguayo, guitarrista de Kaotiko, también lamentaba el inesperado agur. “Éramos muy amigos. Era superbuen tío. Yo le conocía de cuando tocó en Txapelpunk. Era de los que se desvivía por hacerte sentirte bien. Era más abierto que su hermano Txerra. Muy cercano”.

El crítico musical Óscar Beorlegui también tenía palabras de recuerdo para Bolinaga. “Encargado de las guitarras de RIP; nos enseñó desde los primeros 80 que el punk local, además de letras, podía tener cuerpo musical. Presencia sonora sobre los escenarios. Corpulencia color negro total, al que también demostró tocando en los debuts de Txapelpunk y The Kagas. ¡Claro que sí!”.

Un seguidor de la banda fue Andoni Ruiz, exbatería de Martxoak 31 y MPB. “Destacaría de RIP su actitud punk. A mi juicio, eran más punk que Eskorbuto. Sabían dónde estaban, de dónde venían y a dónde iban. De lo malo de esta noticia, lo positivo es que ha muerto haciendo lo que verdaderamente le gustaba, tocar sobre un escenario, además una canción de RIP”. En esta misma línea se mostraba Roberto Moso, de Zarama. “Con 115 años no me importaría morir sobre el escenario”. - I.G.