cannes - Los hermanos Dardenne lograron ayer en Cannes la solidaridad que no encuentra del todo la protagonista de su filme Deux jours, une nuit, un drama laboral protagonizado por Marion Cotillard en una historia que toca de cerca a todo el mundo en la actual situación de crisis económica. "La crisis económica no es favorable a la solidaridad", afirmó Luc Dardenne en la rueda de prensa de presentación en Cannes de su filme, que compite por la que sería su tercera Palma de Oro, y que fue recibido con una fuerte ovación tras su primera proyección en Cannes.
La solidaridad, explicó, es algo que hay que construir, necesita de un acto moral, de una decisión. "No creo que la solidaridad haya bajado" en el mundo actual, y en su filme tratan de demostrar que es posible encontrarla aunque no sea en todas las personas. Un filme cuyo objetivo es "contar la historia de alguien que ha cambiado gracias a la solidaridad y al hecho de luchar" por lo que cree que se merece. Una especie de "alegoría de cómo la solidaridad que Sandra ha encontrado en esos dos días y medio, van a transformarla", precisó Jean Pierre. Por lo que lucha Sandra, la protagonista, es por conseguir que sus compañeros renuncien a esa prima y voten a favor de su mantenimiento en la empresa y para ello cuenta con solo un fin de semana. Una película que Cotillard aceptó inmediatamente porque siempre busca trabajar con realizadores que la lleven a lo más profundo de una historia. "Siempre he sentido que en su cine había forzosamente un trabajo enorme para alcanzar lo que logran (...) He visto todas sus películas y me han gustado todas. Me he sentido embarcada en su mundo", explicó.
Cotillard destacó además el trabajo realizado durante los ensayos, en los que los Dardenne hablan mucho de los espectadores porque "quieren hacerles vivir cosas" y sorprenderles. "Hay una gran riqueza en el interior de un cine que podemos llamar cine real, pero sus historias son al mismo tiempo muy cinematográficas" y con ellos la actriz sentía que quería "hacer vivir algo excepcional al espectador". Ha sido, agregó, "una experiencia transformadora, enriquecedora y una de la más bellas experiencias cinematográficas de mi vida, sino la más".
Por su parte los hermanos Dardenne explicaron que escribieron el personaje de Sandra especialmente para la actriz. Y es que este personaje no podría haber sido un hombre. "Las mujeres son muy frágiles en el mundo laboral. Es más difícil para ellas encontrar un empleo".
Sensibilidad. La japonesa Naomi Kawase compitió con Still the water, una propuesta sensible y de gran belleza que habla de la vida y la muerte desde una óptica fría que resalta aún más su contenido emocional. "Sabemos que a partir del momento en que nacemos debemos morir algún día y sabemos muy bien que todas las personas que nos han precedido están muertas y que después de lo que han vivido y nos han transmitido, no hace falta ver la muerte con miedo", afirmó la realizadora.
Caricaturistas. Doce lápices, muchos idiomas y un espíritu: dibujar lo que nadie cuenta con palabras. Cannes proyectó fuera de competición Caricaturistes-Fantassins de la démocratie.