Madrid - Releer las buenas obras. Éste, que era uno de los grandes placeres de Gabriel García Márquez, lo disfrutaron ayer más de un centenar de personas en una lectura continuada de una de sus obras más relevantes, El coronel no tiene quien le escriba, en la Biblioteca Nacional de España (BNE). Familias, animados grupos de amigos o parejas unidas por la pasión a la literatura encontraron refugio contra la lluvia bajo el techo de la BNE.

El protagonista del día fue García Márquez y El coronel no tiene quien le escriba, novela de 1961 y una de "las más leídas" no sólo en España, sino en su país natal, Colombia, explicó la directora de la BNE, Ana Santos Aramburo. "Con este acto, de alguna manera, nos estamos hermanando con la Biblioteca Nacional de Colombia que también ha hecho una actividad muy parecida y la que, por la diferencia de hora, no nos hemos podido sumar; es una manera de estar más cercanos a ellos", dijo. Cercano a la obra de García Márquez también se mostró el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, una de las 150 personas que volvieron a releer las conversaciones del coronel con su esposa, y las continuas referencias a ese gallo que dormía atado a la pata de la cama.

Colombia estuvo representada de manera oficial en la figura de su embajador en España, Fernando Carrillo, quien, tras su lectura, catalogó el acto organizado por la BNE como "el más grande" de los homenajes por su "contenido popular". "Ver un sábado por la mañana, en una mañana lluviosa, una larga fila de personas de todos los orígenes tratando de leer a nuestro premio Nobel es una muestra de lo universal que es su obra. Es muy emocionante, de verdad".

Emocionante también fue participar en este acto para ciudadanos anónimos que, atraídos por la figura de García Márquez, quisieron repasar en voz alta esta historia.