Vitoria. Tomando como referencia su propia colección, el Museo de Bellas Artes de Álava inaugura hoy una nueva exposición temporal que toma al retrato como motivo principal aunque con una particularidad muy marcada: lo que aquí se muestra son visiones de los artistas bien sobre sí mismos, bien sobre sus colegas. Creadores vistos por creadores a través de pinturas, esculturas, grabados o dibujos que se complementan con diferentes fotografías tomadas en talleres, reuniones y muestras, imágenes que aporta el Archivo Municipal.

Todo ello compone una propuesta que se puede afrontar desde diferentes planos. En primer lugar porque es un buen ejemplo de la evolución del género a lo largo de los siglos XIX y XX. En segundo, porque son diferentes las obras con curiosas historias detrás o que han sido dispuestas de tal forma que hablan a las claras de las relaciones personales y artísticas de varios de los protagonistas. Y en tercero porque a buen seguro ayudará a unos cuantos espectadores locales a poner cara a esos nombres que ahora sólo identifican con calles.

Comisariada por Santiago Arcediano, la exposición, que se inaugura hoy a la tarde y que permanecerá abierta por lo menos medio año, se asoma a este arte de describir identidades propias y ajenas, reflejos del yo y de los otros pero realizados en una intimidad que sólo se puede producir con uno mismo o con las personas que le son más cercanas. Introspecciones que, como sucede en este caso, presentan además casos que a la relevancia creativa suman la curiosidad histórica.

Es el caso, por ejemplo, de un cuadro del navarro Ignacio García Asarta, de quien se puede ver un óleo recién restaurado por el servicio de la Diputación que muestra a un artista de quien, sin embargo, se desconoce la identidad. O los ex-libris de Antonio de Guezala, donde el autor bilbaíno se expresa también mediante la palabra escrita en euskera. O Francisco Iturrino, que esconde su figura detrás de una mujer que no se identifica...

Este recorrido se establece, además, a través de la inclusión de diferentes fotografías de los creadores (la mayor parte alaveses, pero no sólo) en sus momentos de creación o de relación con sus compañeros, instantes que sorprenden en el caso de las instantáneas tomadas en los talleres puesto que todos los autores son retratados o de traje o sin una sola mácula.

El itinerario por el espacio de las temporales se salpica además de distintas frases referidas al retrato pronunciadas por personalidades de la cultura como Oscar Wilde. Se compone así una exposición en la que, como colofón, se muestran por primera vez algunos cuadros.