bilbao. Kobetamendi es ya territorio rock y punk, desde ayer a media tarde y durante dos días, con la celebración del festival En Vivo, que se estrenó ayer en Bilbao sin incidentes y con la asistencia de varios miles de jóvenes vascos, de comunidades limítrofes, Madrid y Barcelona. Curiosamente, fueron el ska y el reggae de los clásicos Potato los que levantaron la persiana de la cita, en la que, a lo largo de la tarde y a la espera de Berri Txarrak, sobresalió el concierto de Within Temptation. Hoy actuará The Offspring.

Modestia ha sido la palabra más recurrente de los organizadores de En Vivo para referirse al festival. No mentían. En Vivo no tiene zona ni autobuses vips, su cartel se nutre de bandas vascas y estatales en su mayoría y, por consiguiente, el público, joven rockero y hasta con crestas, no se acercara al asistente en el BBK Live. A pesar de ello, a última hora de la tarde, el tránsito entre el escenario principal, con ikurriña en su cenit, y el secundario, con estética de carpa rectangular, resultaba ya complejo ante el numeroso público.

A los "resistentes" Potato, hoy un noneto liderado todavía por la voz del incombustible Pako Pekao, le tocó bailar con la más fea, abrir el festival ante un público escaso aún y que todavía accedía al recinto cuando el grupo salió a escena. Ellos no se amilanaron y con el ska y (menos) reggae, "de aquí pallá, pa vacilar", impulsados por su imparable sección rítmica y el apoyo de trompeta, saxo y trombón, con su "punky reggae party", un cuarto de década después, siguen siendo capaces de resucitar a un muerto. Su "puro derroche" de música ruló como siempre y no faltó un estreno de su próximo disco -en el estribillo rimaron silogismo con liberalismo- y clásicos como Miguelín El Cashero, la Clase obrera y Jamaica ska, además de guiños a Monkey man y El Manisero, que fueron bailados y botados con buen ánimo y la sonrisa puesta.

El relevo llegó con los alaveses Kaotiko, que repasaron los éxitos de su último disco, entre guiños a La Polla, los Ramones y a The Clash, ante una chavalería entregada a temas como Ansiedad, Raska y pierde y la obligatoria Otra noche. Tras ellos tocaron Lendakaris Muertos, que arrasaron con su punk vacilón, vitriólico, veloz y? feroz. Lo lanzaron "directo a los güevos", como les gusta a ellos, con una velocidad imparable, sus melodías siempre gráciles y su ironía inquebrantable. Las risas, las bengalas y los botes frenéticos rivalizaron bajo el escenario ante los versos de canciones como la inicial Gora España, la reciente Estamos en esto por las drogas, Un detector de gilipolleces, que su cantante cantó entre el público o Fuimos Ikastoleros, todos trallazos de poco más de un minuto y repletos de irreverencia punkarra.

Los Zigarros, proyecto liderado por los hermanos valencianos Ovidi y Alvaro Tormo y omnipresentes en los festivales vascos veraniegos, tomaron el relevo. Sonó su debut rockero, producido por Carlos Raya (guitarrista de Fito y Fitipaldis), repleto de canciones de riffs clásicos y fáciles. Hicieron bailar a sus fans con temas como el hedonista Hablar, hablar, hablar?, que sonó a los primeros Tequila por los cuatro costados (referencia incluida a "la Plaza Mayor") y con incursiones comerciales al blues y el r&b, armónica incluida, con Cayendo por el agujero. Demasiado blandos para la mayoría, Ibon Areso lo siguió a cierta distancia.

La primera cita internacional de la velada, el grupo holandés Within Temptation y quizás la propuesta más exótica del lote de ayer, salió a escena poco antes de las 22.00 horas con la canción Shot in the dark. Su disparo, todavía con algo de luz solar, dio en la diana y removió las primeras filas con su estribillo melódico, accesible y sinfónico, rayando el pop. Las guitarras más rudas y el ritmo veloz cobraron vida en In the middle of the night, igualmente coreable, y en el "pesado" Faster, todos ellos de su disco The unforgiven. El recital del sexteto, marcado por la importancia de los teclados y la voz de su vocalista femenina, Sharon den Adel, cobró vuelo con canciones como Ice queen, con voz épica en primer plano, Sinéad y What have you done. Tras una versión de Summertime sadness, de Lana del Rey, y bajar el ritmo con la balada The cross, el sexteto ofreció un mini-set acústico en el que destacó el piano de Never-ending store antes de la despedida operística y con guiños celta de Mother earth.

caña y revolución No se lo dejaron fácil los italianos Banda Bassotti a los navarros Berri Txarrak, que saltaron al escenario para presentar su último disco, el exitoso Haria, justo antes de medianoche, a la hora de cerrar esta edición. Y es que los romanos se conocen todas las claves de un escenario. Por ello, el de En Vivo lo convirtieron en una fiesta anoche, ante la algarabía, los bailes frenéticos y los puños en alto de sus seguidores, que respondieron como una única persona a su festivo y cañero ska-reggae de guitarras rock, metales enérgicos y filosofía punk.

Buenos conocedores del público vasco a través de colegas como Evaristo o Fermín Muguruza, los Bassotti hicieron botar a miles y miles de personas expresándose en euskera en numerosas ocasiones y dejándolas exhaustas con un repertorio participativo, sudoroso y revolucionario, con cuyos temas alentaron al público, repleto de alegatos a buscar los sueños y resistir al opresor, en el que destacaron especialmente sus canciones más conocidas y algunas versiones. Y esto no ha hecho nada más que empezar