venecia. La naturaleza y la búsqueda de un sitio en el mundo se mezclan en Tracks, el filme protagonizado por Mia Wasikowska que abrió ayer la competición oficial de la 70 Mostra de Venecia, preciosista en su aspecto pero al que le falta profundidad.
Una historia que debería repetirse en la actualidad, en opinión de Wasikowska, que considera que en el momento actual, de conexión total y de dependencia tecnológica, podría ser interesante volver a experiencias reales como la de la protagonista, que dejó todo para encontrarse a sí misma. "Lo que me gusta de esta historia es que en un mundo en el que siempre estamos conectados, en el que queremos prever siempre el futuro, es bello ver la historia de una joven que deja todo para vivir una vida de supervivencia pura y simplificar las cosas para llegar a las necesidades básicas de cada momento", explicó la actriz en la rueda de prensa de presentación del filme.
Tracks, dirigida por John Curran, cuenta la historia real de Robyn Davidson, una joven australiana que en 1975, con 25 años, atravesó el desierto australiano, desde Alice Springs a Uluru, en el Océano Índico -una distancia de 2.700 kilómetros- acompañada por su perro y cuatro camellos. La falta de un sitio en el mundo y el ejemplo de su padre, que de joven realizó una proeza parecida, son las razones que ofrece Curran para justificar un viaje que debe servir para centrar a la protagonista en la vida. Lo que resulta insuficiente para mantener las casi dos horas de narración, que se centran en exceso en la belleza del paisaje australiano y en el buen trabajo de Wasikowska. Fueron precisamente las localizaciones lo más complejo del proyecto, en opinión de Curran, quien explicó que tenían que ir cada día a remotos lugares para rodar y solo podían hacerlo con luz diurna. "Lo más difícil fue recrear algunos paisajes que no estaban en los mismos sitios porque tampoco podíamos movernos muchos y teníamos que encontrar localizaciones multifuncionales que nos permitieran ofrecer imágenes diferentes del territorio australiano sin tener que recorrer grandes distancias", explicó.
león de oro a toda una carrera "Buenas noches, soy George Clooney". Con estas palabras, un humor a prueba de bombas y sin temor a criticar a los gobernantes actuales, el realizador William Friedkin acudió ayer al Festival de Venecia para recoger un León de Oro a su carrera. Defendió El exorcista aunque de sus trabajos prefiere Carga maldita, afirmó que prefiere ver el cine clásico antes que el actual -pero destacó las películas de los hermanos Coen- y aseguró que si los países se siguen amenazando unos a otros, el mundo está "al borde de la desaparición". E hizo hincapié en la importancia del cine, en su necesario papel para mostrar al mundo cómo está y cómo debería cambiar.