afrodita, diosa del amor en la mitología griega, dejó prestado a Hera, esposa de Zeus, su ceñidor para moldear la cintura femenina, porque quería reconquistar a su infiel marido, que no dejaba de asediar a todas las jóvenes que se le cruzaban por el camino. El padre de todos los dioses al ver a su mujer Hera con esta delicada prenda, cayó rendido a sus pies quedando atrapado por la innegable belleza de su esposa el resto de los tiempos. Con esta larga banda de paño bordado, que se colocaban en la cintura, hecha de lino blanco y descrita por Homero en su relato, comienza la historia de la lencería.

Mucho ha llovido desde entonces. Tanto como para que esas prendas íntimas, con valor simbólico y social acaben sobre el asfalto para protagonizar los estilismos más acertados de la temporada invernal.

Vuitton, en la París Fashion Week, presentó una colección para el invierno de 2013 en el que la prenda estrella era el pijama. Su inspiración en una habitación de hotel de los años 20 dejaba paso a unos vestidos lenceros en seda, con detalles de encaje ligero. Según palabras de su diseñador, Marc Jacobs, "arreglarse solo para descubrir que el destino más glamuroso es la propia habitación de hotel". Cámaras y grabadoras en mano, los coolhunter tomaron nota de la propuesta y ya tenemos la versión asequible del vestido lencero en Zara. Mientras algunas diosas de la cuenta corriente como Victoria Beckham o Kate Moss se pueden permitir un Vuitton, el resto de los mortales nos conformaremos con el clon de Inditex por 25,95 euros.

Moda femenina y atrevida, con aire retro y romántico, que no siempre sabemos encajarla con estilo y gracia. Por eso, prescindiremos de joyas llamativas o de complementos que le quiten protagonismo. Y es que corremos el riesgo de emocionarnos y acabar sacando las enaguas de la abuela a pasear, con las botas de tacón y los pendientes de aro.

Eso sí, esperemos que el tiempo del norte nos respete algo en otoño para lucir esta tendencia, porque si no, como dice la canción, vamos a estar fresquibiris, fresquibiris.