se acaba de estrenar en el pórtico de los sanfermines, una película titulada Carrera de toros en Pamplona y que quiere ser una apuesta de ochenta minutos sobre el acto central de las fiestas pamplonesas. La propuesta del director Olivier van der Zee se articula sobre dos planos: testimonios y vivencias de corredores en activo y secuencias espectaculares tratadas con cámara lenta y superlenta que construye un espacio mágico y trágico para la contemplación del espectador que sobrevuela cuesta de Santo Domingo, Plaza Consistorial, Mercaderes y curva, Estafeta, tramo Telefónica, callejón y coso de Pamplona. Excelente documental, donde reflexión y acción se combinan en un sabio ejercicio de mezcla y montaje de las vivencias de corredores, familiares y conocedores del encierro y secuencias, planos y fotos fijas de momentos de la más excitante carrera de novecientos metros que en el mundo exista y que cada día, a las ocho de la mañana se produce en las calles de la vieja Iruña, inmersa en las fiestas donde el toro tiene protagonismo especial y más en la carrera mañanera con la muerte agazapada en cada tramo, donde cada corredor se mide a sus miedos y angustias a dominar. La acompasada y penetrante voz de Antonio Castro junto a Javier Solano ponen tempo y ritmo a un documental que transcurre a velocidad singular. De agradecer que la película no se ceba en cornadas, tragedias y otros desgraciados accidentes que dibujan la fiesta del encierro, un espectáculo para ser visto, para ser sentido desde balcones y ventanas o desde el mojado piso de las emblemáticas calles de una apasionada carrera. Un acierto necesario para sumarse a la larga lista de aportaciones sobre el encierro, pieza clave de un ciclo festivo, donde los corredores tienen la oportunidad de medirse frente al miedo y el peligro de toros corriendo por las calles de Pamplona.