Cuando creó Hévelis pocos podrían llegar a imaginar que la primera entrega de las aventuras de Irvin y Arielle tendría la repercusión que ejemplifica el hecho de haber tenido que sacar una segunda edición. La situación del sector editorial, el hecho de que muchos miren al género fantástico con desdén, la juventud de un autor desconocido, entre otros factores como la propia crisis, podrían haber sido la causa. Pero para nada. La historia, publicada por Balnea, funcionó y mucho. Para entonces, en contra de su pensamiento inicial, Unai García ya sabía que quería publicar una segunda y definitiva parte, un El renacer del alma que desde hace unas pocas semanas ya se encuentra con el público.

Pocos son los detalles que se pueden contar sobre lo que las páginas de esta nueva entrega esconden. Hacerlo desvelaría detalles que serían todo un incordio para aquellos que después se adentren en este mundo. Su acción empieza justo al día siguiente del final de la primera parte. "Si te lees el libro puedes enterarte de la historia porque cuenta un argumento nuevo, pero te van a faltar muchas cosas, detalles, el conocimiento de muchos personajes que han sido presentados en el primero..." describe el escritor gasteiztarra. Así que los no iniciados ya saben lo que deben hacer antes de nada. "Desde mi punto de vista, es necesario tener la otra referencia", apunta.

Entre las dos publicaciones no ha pasado tampoco tanto tiempo. El primero fue toda una aventura, un reto en el que García tenía la trama en la cabeza aunque su máxima preocupación era cómo arrancar su propuesta a los lectores, consciente de que tenía que ser algo que enganchara desde el segundo uno. Pero en El renacer del alma todo ya estaba lanzado. "Retomar el relato fue muy sencillo; el primer capítulo, en este caso, era como uno más del libro anterior y todo estaba claro. Ha sido más fácil", describe, aunque reconoce al mismo tiempo que a la hora de escribir se ha encontrado así mismo con un punto mayor de marudez. "Han pasado tres años y yo mismo he cambiado. También los personajes, con todo lo que les pasó en la primera parte, han evolucionado y tienen otros pensamientos, otras cosas en la cabeza", dice.

Aún así, las consecuencias de Hévelis son evidentes en la trama central de El renacer del alma: se ha originado un desequilibrio entre poderes... Punto, no se puede seguir. Como mucho, que Irvin sigue siendo el protagonista de la historia, que aquellos que salieron con vida del anterior libro, vuelven a encontrarse con el lector, y que aparecen personajes que se incorporan. "Todo tiene lugar en un mundo inventado, ficticio, pero, aunque haya magia o lo que sea, eso sólo es el marco. Las historias son muy personales, cotidianas. Sus sentimientos, sus acciones, son de a pie de calle, como se suele decir. Creo que la gente, cuando lee los libros, incluso se puede ver reflejada en los personajes o en acciones que llevan a cabo. Por ejemplo, alguien me podría decir: esto lo has sacado de lo que está pasando ahora mismo en este lugar", comenta García, al tiempo que admite que el trabajo dentro del género fantástico permite al autor "hacer lo que te da la gana pero dentro de una lógica, de lo que quieras respetar en el marco del mundo que has creado". Una coherencia que en su caso se ha respetado "porque he vuelto a leer muchas partes del primer libro para refrescarme determinados detalles".

Ahora El renacer del alma se encuentra ya con el lector. Y en el espíritu del escritor está no seguir, no realizar una trilogía. "He cerrado las cosas de tal manera que no creo que fuese bueno pensar en seguir, sería demasiado rebuscado". Por eso, García idea su próximo proyecto. Mientras, el mundo de Hévelis sigue una intensa vida en Internet (unaigarcia.com) y en las redes sociales (facebook.com/Hevelis y twitter.com/hevelis).