Madrid
EL brillo, el color, la comodidad y la imaginación se dan cita en el paseíllo de los toreros sobre el albero de la plaza. Lacroix y Armani se rindieron al embrujo de la fiesta, Victorio&Lucchino han sido los últimos en sumarse. Creadores con un nexo común, Santos García, el sastre de los mejores espadas.
Pintores como Goya y Picasso inspiraron diseños que enriquecieron la indumentaria de los diestros. La alta costura llegó de la mano de Christian Lacroix, Giorgio Armani, Francis Montesinos o Lorenzo Caprile, lista a la que recientemente se han incorporado Victorio y Lucchino. Todos ellos han dibujado diseños exclusivos para grandes figuras del toreo como Cayetano Rivera, Antonio Chamaco, Enrique Ponce, Javier Conde o Antonio Ferrera. Sin embargo, detrás de sus bocetos y de la magia de su diseño está la mano delicada, pero firme; la que corta el patrón; la que lima excesos; la que viaja con pericia con las tijeras por el camino del conocimiento; la que da seguridad a los toreros: la de Santos García, el sastre por antonomasia del mundo taurino.
A sus 48 años ha tomado medidas a muchos matadores, los conoce bien, y ellos confían en su buen hacer, un traje de faena que les tiene que sentar como "un guante" y con el que tienen que sentirse "cómodos", asegura el costurero a Efestilo. "No se la juegan, especialmente en la taleguilla (pantalón), una de las partes más complejas. Les tiene que quedar ajustada, es en lo que tienen que notar más comodidad", señala advirtiendo de que el traje de luces es muy complejo desde el punto de vista técnico.
Christian Lacroix fue el primero que se lanzó al ruedo, no hay que olvidar que "en Francia hay mucha afición". Antonio Chamaco hijo estrenó una de sus creaciones cuando tomó la alternativa. Paquito Leal y Javier Conde en la corrida picassiana de Málaga de 2010 fueron también sus modelos.
armani Durante el tiempo en el que Cayetano Rivera fue imagen de la colección de hombre de Giorgio Armani, el diseñador italiano sucumbió a la fiesta y confeccionó un traje que el torero lució en la corrida goyesca de Ronda. En Milán se bordó de manera primorosa y se cosieron los pequeños cristales de Swarovsky e hilo de plata que decoraban el traje de Cayetano.
"Lo corté y lo monté en mi taller. Ellos tienen mucha imaginación -dice en alusión a los diseñadores de firma-, pero el traje de luces les queda un poquito grande. Todo es muy específico y el patronaje no lo saben sacar", cuenta el especialista en vestir a los toreros. Antonio Ferrera ha sido el último en lucir alta costura en el albero. Los sevillanos Victorio y Lucchino han sido los creadores del traje que lució en la corrida goyesca de Madrid, el pasado 2 de mayo, un camino que ya abrieron, pero solo sobre el papel, con un diseño para Francisco Rivera.
"Dibujaron los bocetos, pero los patrones los cortamos aquí", asegura en alusión a que son sus manos expertas las que definen y dan forma al traje. "Lo preparamos y luego se lo remitimos", para el acabado. De los bordados de Ferrera se encargaron en Sevilla, "un trabajo precioso, por cierto", dice. José Víctor Rodríguez, Victorio, describe con pasión el traje de color aguamarina, en seda dupion y bordado en plata y coral. "Hemos querido profundizar en las raíces dieciochescas de este tipo de vestidos y hemos incluido meandros griegos con coral, una piedra que quita el mal de ojo", explica incidiendo en el elemento "cultural" y de estudio histórico que tienen los bordados. Una camisa con encaje de aguja, chaleco y capote de paseo bordado en mantón de Manila complementaban este traje con el que querían aportar "un toque nuevo". "Desde los años 50 todos son iguales", sentencia.
innovación Santos García explica que los trajes goyescos admiten más "innovaciones", porque se trata de prendas que "se van a poner un día". Asegura que, con el tiempo, se han ido cambiando los cortes y "las chaquetillas se hacen más cortas y las taleguillas más altas", aunque en los bordados perduran los de otras épocas. Y los adornos, antes en "cartón o madera", se realizan ahora en plástico. Los tejidos son "fuertes", de poliéster y algodón, "con un tratamiento especial" para que se puedan lavar con agua fría, en la "bañera" donde se les deja durante horas. "El albero, en algunas ocasiones, sale peor que la sangre", advierte Santos.
Comenta que hay algún torero que por "manía" no admite el verde como color y tampoco "lo puede llevar nadie de su cuadrilla". Sin embargo, las novias y esposas rara vez intervienen en la selección. "A veces vienen, pero si ellos no les preguntan no dan su opinión", y como curiosidad añade que tiene algún cliente daltónico que sí necesita compañía y apoyo. Trajes con una duración de veinte o treinta años que su primer destinatario solo utiliza "dos o tres veces" y que entrañan un arte que pocos conocen.