Vitoria. La crisis estuvo cerca de convertir su cita anual con el público en bienal más que nada para evitar el peligro de desaparecer por completo. Pero eso fue en 2012. Ahora parece que esa idea, que el Ayuntamiento de Vitoria también pensó aplicar al Mercado Medieval, ha quedado aparcada. Eso sí, del enésimo recorte presupuestario no le libra nadie a la octava edición de la muestra internacional de artes de calle KaldeArte, que se llevará a cabo entre los días 7, 8 y 9 de junio.
Como el ajuste fuerte ya se hizo hace doce meses, la estructura que va a presentar el festival será bastante parecida, es decir, nada de espectáculos el sábado al mediodía y primeras horas de la tarde, fuera la grada para mil personas en la Plaza Nueva, más presencia de grupos vascos y estatales (no deja de ser indicativo que esta vez no vaya a acudir ni una sola compañía de fuera de Europa)... buscando acomodar la cita a los tiempos actuales procurando, eso sí, que esos recortes toquen a todo menos a la calidad de las propuestas.
Al fin y al cabo, el objetivo que se persigue no es llenar las calles y plazas céntricas de Gasteiz con algo sin más, sino abrir escenarios para el teatro, la danza, la magia, los malabares, la pirotecnia, la música... donde el público de distintas edades pueda encontrarse, disfrutar, aprender, compartir, reírse, reflexionar y emocionarse. Eso es, por lo menos, lo que van a intentar a través de las 44 representaciones previstas a lo largo de las tres jornadas de certamen los 30 grupos participantes (ocho alaveses y el resto llegados tanto del País Vasco como de Cataluña y Valencia, sin olvidar la presencia exterior con formaciones inglesas, belgas, francesas e italianas).
Nueve serán los focos de atención para el público, casi todos habituales en las ediciones anteriores: plazas del Arca, Fueros, Nueva, Virgen Blanca, Provincia, Machete y Escoriaza-Esquivel, así como el Jardín Secreto del Agua situado junto a la biblioteca de La Florida y la zona de la nevera en la calle Fray Zacarías. A esto habrá que sumar el puesto de información que se instalará en la plaza de Correos y Falerina, donde se ubicará el punto de encuentro de las compañías.
Con un presupuesto de 70.000 euros (5.000 menos que en 2012) y tras recibir a lo largo de los tres días del año pasado a 40.000 espectadores, según los cálculos municipales, la cita seguirá este año, además, profundizando en una idea que le acompaña desde hace un tiempo y que pasa por participar en la producción de espectáculos e, incluso, el encargo de montajes de manera específica para Gasteiz, algo que en este 2013 también tendrá su peso, igual que el hecho de que varias propuestas serán estrenadas en la capital alavesa.
Ejemplo de ello será el espectáculo inaugural, que tendrá lugar el viernes 7 a las 22.30 horas en la Plaza Nueva. Kukai y Logela Multimedia unirán las danzas vascas tradicionales con la animación gráfica en 3D para convertir la fachada del Consistorio en un escenario muy particular.
Es sólo un ejemplo de las diferentes ofertas artísticas que se irán sucediendo, en muchas ocasiones desde el humor, pero no sólo. Bailarines en una jaula, abrigos de cinco metros de altura, fakires imposibles... todo para llegar al domingo 9 a las 20.30 horas en la plaza de los Fueros donde tendrá lugar la obra de clausura, que correrá a cargo de los catalanes The Chapertons y un Boom! donde demuestran que un neumático y tres cómicos pueden dar para mucho.
Aunque la variedad de propuestas será la tónica general, habrá espacios un tanto especializados, como la plaza de la Provincia, que mirará de manera específica a la danza, o la plaza de los Fueros, en la que el circo tendrá un papel protagonista. Eso sí, la intención es que cualquier espectador, sea consciente o casual, pueda encontrar algo que le interese. Tal vez la única salvedad que el Ayuntamiento hace es con respecto a los dos espectáculos que tendrán lugar a medianoche del viernes y el sábado puesto que no están recomendados para niños.
Todo eso y más se dará cita en un certamen que, eso sí, tiene otro enemigo más temible que la crisis, el tiempo. No sería la primera vez que las condiciones climatológicas le juegan una mala pasada al festival, aunque es de esperar que esta vez todo transcurra, por lo menos en ese sentido, con normalidad. La cuenta atrás para averiguarlo ya está en marcha.