Vitoria. A la espera de que, según se acerquen las fechas, los diferentes bares y pubs que suelen organizar conciertos durante el Festival de Jazz de Vitoria vayan anunciando qué ofrecerán al público este año, el certamen dio por cerrado ayer su cartel oficial con las tres últimas incorporaciones, dos de ellas de cara a sus madrugadas en el Canciller Ayala y una con respecto a las actuaciones por las calles de la capital alavesa. Y en todos los casos, los nombres elegidos para esta trigésimo séptima edición son ya viejos amigos de la cita, que esta vez se desarrollará entre el 16 y el 20 de julio.
En lo que respecta al ciclo de medianoche, tanto Ray Gelato como Cyrus Chestnut saben a la perfección lo que es desenvolverse en estos encuentros con el público, conciertos que en algunos casos suelen derivar en jam sessions a las que se suman los músicos que pasan bien por Mendizorroza, bien por el Principal. Hay que estar preparado para todo.
En el caso de Gelato, el músico estará acompañado, como de costumbre, por The Giants, llenando de ritmo, mambo, swing y jazz actuaciones en las que también el sentido del humor y la relación con los espectadores tienen un peso específico. Y eso es lo que volverá a ofrecer a quienes se acerquen hasta el hotel a lo largo de las diferentes noches que estarán en Gasteiz.
Desde los 80, Gelato no ha parado de tocar en diferentes formaciones, colaborar en varios proyectos, también relacionados con bandas sonoras para cine, y recorrerse escenarios de medio mundo. Una ya larga trayectoria que también le ha reportado unos cuantos premios y, sobre todo, el reconocimiento por ser uno de los guardianes de los clásicos con su voz, su saxo y su banda.
Cerca de él estará un Cyrus Chestnut que también sabe a la perfección lo que es moverse por el Festival de Jazz de Gasteiz, tanto en el ciclo de las madrugadas como en otras tablas. El pianista norteamericano regresará en formato de trío para desplegar las esencias del jazz. También en los años 80 comenzó una carrera en la que se multiplica su presencia con grandes nombres del género, aunque su faceta de intérprete también se combina con la de productor musical.
Por el formato con el que acudirá y por la experiencia de otras ocasiones, será su espacio el que a buen seguro pueda ofrecer más posibilidades a la unión de otros músicos para crear esos momentos de improvisación únicos que a veces suceden en el certamen.
A todo ello se unirá la vuelta de TBC Brass Band a la programación de las actuaciones por distintas calles y plazas de la ciudad. Desde Nueva Orleans, ellos pondrán a bailar al personal que se los vaya encontrando por los distintos recorridos que se diseñarán para la ocasión, teniendo como único techo el cielo de la capital alavesa. Es de esperar que las condiciones climatológicas les respeten en su regreso, aunque, por desgracia, ellos vivieron en primera persona el drama del Katrina.