Todo se fue fraguando "poco a poco", como los buenos forjados. La materia prima de la aleación venía de lejos, de la afición sempiterna de Xabier Urizarbarrena por la música, "siempre trasteando con amigos músicos; el ambiente y todo el salseo es muy bonito, presenciar cómo se hace una canción, cómo influyen los gustos, por ejemplo, si un músico nuevo llega a un grupo". Cuando pasó dos veranos de intensivo anglosajón en Irlanda, Xabier se percató de que "la escena local es sólo local". Porque nadie conocía la mayoría de los grupos que poblaban su discografía itinerante y, sin embargo, las melodías de bandas de nuestro entorno que llevaba en aquellos viajes gustaban y mucho a los oídos autóctonos. "Hay calidad y se aprecia, y el idioma no es una barrera; pero no lo conocían, era todo porque un tío iba allí con sus CDs...".

La semilla estaba ya en el zurrón. "El click, probablemente, tuvo lugar en el primer año de carrera". Xabier se acercó a la charla que ofrecía el productor de una discográfica, un profesional que, ante la psicosis generalizada en el medio por la llegada de Internet, "vino con un mensaje positivo, que el mundo de la música estaba sanísimo". Si no, cómo podía ser que "la gente pagara de 60 a 90 euros, por ejemplo, por un concierto de U2; lo que tracciona desde hace tiempo la música es el directo".

La semilla siguió transformándose. Un panorama musical impulsado por veladas en directo y una red virtual que se abre como infinito canal. "Ahí estaba el gap, el hueco", recuerda. Y Xabier efectuó la nuevo unión, la nueva sinapsis. "El seguimiento de los vídeos de youtube estaban muy bien, por ejemplo, pero podía ser increíble llevar el concierto en directo a la gente, que tú seas la primera fila; es tu entrada vip, incluso al backstage del grupo", explica.

La semilla salió del zurrón y Xabier comenzó otro trasteo muy de su gusto, el de las nuevas tecnologías, con la lectura de manuales en busca de las necesidades técnicas que requería. Con la indispensable ayuda del técnico de sonido Eneko Donoso comenzó a saber qué micrófonos eran los más adecuados, de que interface debía dotarse... Los ensayos del grupo Basics fueron el campo de trabajo. Ensayos del grupo y sucesivos ensayo-error de Urizarbarrena, en busca del método. Había germinado, al fin, Xurme.

Y, al fin, llegó también el primer concierto on line. Cómo no, con el grupo Basics como protagonista y el bar Abisinia como escenario. La banda, tocando desde los locales de Talde Gune. El público, ejerciendo desde el bar de la plaza Kutxa, que a la sazón -surrealista- cuenta con el batería de la banda entre sus gestores. La prueba no pudo salir mejor, y de ella nació una experiencia de redoble, la de organizar en Hor Dago! un festival on line con los grupos Gobeo Bay, Star Solo y Basics. "No se había hecho nunca y lo sacamos adelante", recuerda, alternando dos temas de cada banda en el telón de la pantalla.

Desde entonces hasta hoy, las experiencias se han sucedido, con un concierto desde el local de Betagarri como máxima expresión, contando con 600 conexiones que, aunque centralizadas en territorio vasco, también llegaron desde Francia, Inglaterra, Australia o el resto del Estado. Y es que ésa es una de las ventajas del sistema ideado por Urizarbarrena, el permitirle profundizar en el análisis de su audiencia, contabilizando la gente que ve las citas, desde dónde lo hace, durante cuánto tiempo...

Una buena forma de conocer la reacción de un público que, además, puede opinar a tiempo real sobre las canciones o la puesta en escena a través de las redes sociales, e, incluso, recibir la respuesta de la banda entre tema y tema. Una buena posibilidad, a su vez, para incluir publicidad -para las empresas que deseen apoyar la iniciativa y promocionarse- a lo largo de las veladas, en función del público que a priori posee cada grupo. Otra nueva forma de acercar hasta los bares a público, ya que una de las propuestas que ofrecerá Xurme será la de que "los bares compren conciertos en exclusiva".

Conciertos en exclusiva o incluso posibles citas al alimón en diversos lugares. Y también propuestas artísticas más allá de los conciertos. ¿O acaso no sería interesante seguir el proceso creativo de un artista?¿O tomar parte en una charla a la que no se puede acudir?¿O seguir el rodaje de una película?

Las ramificaciones de la semilla siguen extendiéndose. Xurme germinó, pero sigue creciendo en busca de su forma definitiva, perfeccionando contenidos -siempre proponiendo ensayos, cada vez menos errores- y tratando de convertirse en aquello que empezó a esbozar Xabier Urizarbarrena en Irlanda, un trampolín para que las bandas se puedan dar a conocer desde su propio local, sin olvidar e interrumpir el paralelo y carnal concierto in situ de toda la vida. "A muchos el concierto en el local les vale de excusa para limpiarlo", bromea. Eneko Donoso sigue ejerciendo de técnico -la mayoría de veces... ¡desde su misma casa en Barcelona!- mientras el público comienza a disfrutar de otra posibilidad. Como rezaba un tweet de espectador virtual en la velada on line de Betagarri: "¡Mi primer concierto en pijama!". Pero Xurme no se duerme.