José Ribagorza es un presentador de los informativos Telecinco que ha decidido meter mano en los fogones a través de un programa que combina recetario gastronómico, técnicas de la abuela y reporterismo informativo, dando como resultado un espacio, mal emplazado en las mañanas de los domingos y que responde al sugerente título de Cocineros sin estrella, jugando con el término estrella como distinción de buena cocina frente a anónimos profesionales de los pucheros locales que funcionan sin oropel mediático. Arrancó la primera entrega con Ribagorza junto a Pepe Melero que le introdujo en el conocimiento del atún rojo que se pesca con la ancestral técnica de la almadraba en el puerto andaluz de Barbate en un reportaje lleno de espectaculares secuencias de la pelea de animales de doscientos kilos y curtidos pescadores, o el troceado de los atunes en un ejercicio de ronquear suculenta carne que posteriormente se cocinará en diferentes modos. Presentar el itinerario, del mar al plato, de un producto de la culinaria tradicional es inteligente manera de hacernos pasar un buen rato de conocimiento, entretenimiento y tele. La cámara se pasea y observa las faenas marineras o cocineras con interés y sin agobiar, en un formato periodístico lejos de las grandes figuras de la gastronomía, divas de un mundo sofisticado, con escasas raíces con tradicional cocina, que es la que quiere poner de relieve el programa en cuestión. Son los platos de toda la vida los que construyen el producto, intercalando escenarios diversos, puerto, mar, taberna Abelardo, restaurante Campero donde la cocina del atún se muestra en más de veinticuatro recetas diferentes, mezcla de tiempos y culturas. Un nuevo ángulo de presentar un contenido atractivo convertido en pieza periodística, mezclando diferentes elementos de la cocina de siempre.
