Vitoria. Tres días ya han pasado y otros tantos quedan por producirse. Mendizorroza se encuentra justo en el ecuador de este 2012 y lo hace para iniciar una última parte del Festival de Jazz de Gasteiz que desde el principio ha contado con una taquilla más interesada. De hecho, la doble sesión de hoy ha estado rivalizando con la de Sonny Rollins (es decir, la del sábado) hasta el último momento. ¿Será por la veteranía y saber hacer de Gilberto Gil? ¿Será por la juventud y el enganche de Esperanza Spalding? Quién sabe. Tal vez sea por los dos y ya está.

A partir de las 21.00 horas, y con las entradas que quedan a la venta todavía disponibles por 35 euros, no hay duda de que este jueves viene marcado por los contrastes no sólo con respecto a la edad (entre ella y él hay 42 años de diferencia) sino también por las propuestas que ofrecerán a un público gasteiztarra que ya ha tenido oportunidad de conocerles dentro y fuera del certamen que ahora les junta.

"Ser mujer y joven juega a mi favor, pero espero convencer a la gente de que tengo cosas que contar". Son palabras de Esperanza en una entrevista en exclusiva que en 2007 dio a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Era su primera actuación en el Estado y ese debut se producía dentro del Jazz del siglo XXI del Principal. De aquel concierto el 21 de julio se acuerdan hoy muchos.

Ella tenía entonces 23 años. Y ya era profesora de la Berklee. Su contrabajo y su pelo afro era todo lo que necesitaba para dejar a más de uno con la intriga, sobre todo gracias a la publicación de su, por entonces, primer trabajo como líder, Junjo, aunque antes ya había colaborado en otros proyectos, grabando, por ejemplo, con M Ward, que también estuvo en el Festival de Jazz y hace unas semanas en el Azkena Rock.

Pero desde 2007, a Esperanza le han pasado muchas cosas. Por ejemplo, ser la primera artista de jazz en ganar el Grammy al artista revelación, algo que consiguió, además, frente a Justin Bieber y toda su maquinaria mediática. Para muchos todavía es una promesa que sigue creciendo al cobijo, entre otros, de Joe Lovano, que el martes pisó el mismo escenario en el que hoy estará ella y con el que volverá a tocar en septiembre por Estados Unidos. Y es verdad, Spalding todavía tiene mucho que demostrar porque todo el mundo sabe que tiene mucho dentro de sí. No se le puede exigir a quien no da más, pero no es su caso.

Radio Music Society es su último trabajo y es la excusa perfecta para este reencuentro con la capital alavesa, una vuelta en la que la contrabajista y cantante estará acompañada por un multitudinario grupo para dar vida a ese nuevo paso de Esperanza por hacer que su música sea tan accesible a los que no tienen casi ningún interés por el jazz como a los que sí.

Para Spalding, la música brasileña tampoco es un secreto gracias a Milton Nascimento, otro que ya sabe lo que es estar en el Festival de Jazz de la capital alavesa. Es más, con Gilberto Gil comparte otra curiosidad ya que la última vez que el cantautor actuó en Vitoria fue también en 2007 (más en concreto, en febrero de ese año). Pero por lo demás, poco más les une, por lo menos que se sepa.

Así que tras el pertinente descanso será el turno para el ex ministro que nunca dejó de ser músico. Con la tontería y aunque no lo parezca, Gil ya tiene 70. De hecho, los cumplió hace nada, el pasado 26 de junio. Detrás, una trayectoria que intentar resumir en unas líneas o en un concierto es una quimera. De hecho, el cantante, compositor y guitarrista, por citar sólo algunas de sus virtudes, podría dar 30 actuaciones seguidas sin conseguir abarcar todo su repertorio.

Justo el día de su cumpleaños, Gil estaba en Río de Janeiro ensayando su última aventura, la que le trae hoy a Gasteiz, una unión entre los ritmos afrobrasileños y la delicadeza de los violines y chelos bautizada como Strings and rhythm machines concert. Para ello, se ha rodeado de Jacques Morelenbaum y Nicolas Kassik, que completarán el grupo formado por Gustavo di Dalva y Bem Gil (sí, hijo de).

El montaje ya ha sido estrenado en Brasil y, de hecho, se ha grabado en directo para editar en DVD. En Vitoria, eso sí, no será necesario ni esperar ni tener una pantalla cerca. Todo en vivo. Mejor, así se podrá comprobar de primera mano el buen estado en el que sigue estando un músico fundamental dentro y fuera de Brasil a lo largo de las últimas cinco décadas.

Ha llovido lo suyo desde que él y compañeros como Caetano Veloso empezaron en esto, dando un paso más allá de la bossa. Detrás, Gil tiene más de 60 discos y premios innumerables (7 Grammy, por ejemplo). Pero es que por delante tiene ganas de seguir creciendo.