vitoria. Jaime Peñafiel acaba de publicar un libro sobre su tema preferido, las monarquías, Divorcios reales. A lo largo de la entrevista habla de la relaciones entre los reyes españoles, de sus hijos y, especialmente, de Letizia.

¿Va a haber algún divorcio real?

No se puede demonizar, el divorcio es una ley a favor del ciudadano.

No demonizo, solo tengo curiosidad.

Que las familias reales se acojan al divorcio es hacer lo que hace cualquier ciudadano.

Los miembros de las realeza no son ciudadanos muy normales.

Tal vez. Lo que me a mí me ha sorprendido es que la media de divorcios en las familias reales es la misma que la que se da en la familias normales. Cuando los matrimonios eran de Estado, eran endogámicos porque se casaban entre ellos, duraban hasta la muerte porque no había nada que romper.

¿Ahora se les ha roto el amor a los miembros de las monarquías?

Claro. El amor es muy vulnerable, lo hemos visto con la infanta Elena. Encuentro normal que esto ocurra. Es más, si el rey quisiera divorciarse, si la reina quisiera divorciarse, estarían en todo su derecho y la sociedad lo vería normal.

Entre Carlos de Inglaterra y Lady Di había poco amor.

Aquella relación nació viciada, esa criatura no era inteligente, era más bien lo contrario, pero dijo algo bastante inteligente: En un matrimonio no podemos ser tres. Es que eran tres antes de casarse, cuando el príncipe Carlos se casa ya lleva una amante. No podía tener un final feliz porque él, Carlos, tampoco lo deseaba. A esta familia real llegó Leitizia y ella trajo el divorcio.

No culpará a Letizia Ortiz del divorcio de su cuñada Elena, ¿o sí?

No de eso no la culpo. Es la primera vez que una divorciada entra en la familia real, es más, una divorciada puede convertirse, si las cosas llegan un día a buen fin, cosa que yo dudo, en reina consorte. En el caso de la infanta Elena, la convivencia acabó con su matrimonio. Para colmo, él sufrió un ictus y tuvo unas consecuencias que hicieron imposible la convivencia.

Letizia no le cae a usted nada bien.

Sinceramente, no me cae nada bien. Procuro no ser visceral, soy reflexivo. No cae bien porque se la considera muy agresiva, siempre quiere aparecer como la que más, ella es la consorte, no la titular.

Y usted y otros como usted no lo aceptan.

Es que no solo es una joven divorciada; es hija de una sindicalista de izquierdas, empieza a complicarse; nieta de un taxista, empieza a complicarse mucho más… Me tocó digerir todo eso. Con las bodas de las infantas, también la del príncipe, dije que todo el mundo tiene derecho a casarse con quien quiera, pero advertí: Esto acabará mal. Ya ves lo de la infanta Elena, la infanta Cristina mejor no se hubiera casado y lo del príncipe está por ver.

Es usted un real catastrofista.

Bueno no tanto. Letizia ha transformado al príncipe, ahora es amable y cercano…

¿No ha sido siempre así?

¡Qué va! Era un chico déspota y difícil. Eso es una labor de una persona como Letizia muy enamorada de su marido. Dicho esto, ella tiene que tener claro en todo momento que es simplemente una consorte.