El realizador vasco Imanol Uribe, que acaba de estrenar su última película "Miel de naranjas" en las salas españolas, está convencido de que la crisis llevará a los cineastas a trabajar como en los años setenta, "en cooperativa", y asegura que "las películas de presupuesto medio están condenadas a desaparecer".
"Desde que recuerdo, el cine en España ha estado en crisis, pero era endémica, a la que sabíamos torear. Ahora se nos ha unido la crisis general y (al cine) nos ha pillado doblemente", comenta el cineasta en una entrevista con EFE.
El director de la cinta mítica "La muerte de Mikel", que atesora un buen puñado de galardones por cuatro de sus doce largometrajes, "El rey pasmado" (1991); "Días contados" (1994), "Bwana" (1996) y "El viaje de Carol" (2002), afronta con ánimos y positivismo una crisis que le está costando ver a muchos amigos en el paro.
"Los técnicos, que suelen trabajar mucho más que yo (mi última película, "La carta esférica", es de hace cinco años), están pasando por una situación terrible, aparte de que están bastante desprotegidos", apunta.
Y en lugar de quedarse en casa mirándose al espejo, "la gente se empieza a organizar en cooperativas, que es como yo empecé: mi primera película -recuerda Uribe-, "El proceso de Burgos" (1979) se hizo así porque era la única manera de hacerla".
"La cosa va a peor y ahora mismo estamos en el ojo del huracán, pero no es momento de predicciones porque cuando salgamos del remolino nadie sabe dónde vamos a aparecer. Haciendo salvedades -opina-, se harán muchas menos películas, cuatro o cinco con gran presupuesto, y el resto, marginales".
Intelectual de izquierdas, Uribe participó en 2004 en el proyecto "Hay motivo", 32 cortos de otros tantos realizadores donde se criticaba la política del entonces presidente del Gobierno José María Aznar: desde el precio de las viviendas, al hundimiento del Prestige y la guerra de Irak.
"Claro que vuelve a haber motivo -dice- pero hoy tendríamos que hacer una película mundial, porque lo hay en cualquier parte. Y me apunto a ser 'yayo-flauta'", asegura entre risas porque es abuelo, aunque, indica, no le gusta que le recuerden la edad.
Uribe, un vasco nacido en El Salvador por los negocios de calzado que tenía allí su padre y que no habla euskera porque "le pilló mayor", entiende que el cine catalán ha florecido de forma "espectacular", sin desmerecer el vasco, donde "no es tan fácil" y se hacen 4 o 5 películas al año.
"Miel de naranjas", un thriller un poco "cajón de sastre" donde conviven aventura, pasión, suspense (y sorpresa final) y que él califica de "apuesta por el compromiso", es su primera experiencia digital.
Con ella ha ganado el premio al Mejor Director en el pasado Festival de Málaga.
Producida y distribuida por Alta Films, cuenta con en su reparto con Iban Garate, Blanca Suárez y Karra Elejalde, como protagonistas, y con los secundarios: Eduard Fernández, José Manuel Poga, Nora Navas, Bárbara Lennie y Carlos Santos, entre ellos, sin olvidar la aportación de Ángela Molina, también premiada en Málaga.
Uribe sabe que el cine en los años setenta y ochenta, "era cualitativamente más intenso, tenía mucha repercusión social", pero esa importancia ha ido decreciendo por "la multitud de televisiones que hay y el bombardeo de imágenes en todos lados, hasta en los teléfonos".
También han cambiado los actores. "Antes los actores eran 'a', 'b' o 'c' y ahora se puede elegir más".
El realizador prosigue trabajando en "Caminos de libertad", la película sobre el cantautor y escritor argentino Facundo Cabral en la que lleva casi cuatro años trabajando y que, tras su asesinato el pasado año en Guatemala, "se ha vuelto a reestructurar y tiene otra dimensión bastante más cara".
El director subraya que la financiación "es el principal problema del cine", por delante de la promoción y exhibición, "a las que se llega ya con el agua al cuello".
Y se desalienta al hablar de desgravaciones: "Llevo oyendo eso desde la época de Pilar Miró y siempre se tropieza con el ministro de Hacienda de turno", zanja.