Los Ángeles (EEUU), 27 sep (EFE).- La voz de un aturdido Michael Jackson, supuestamente bajo los efectos de alguna sustancia, protagonizó hoy en Los Ángeles la primera jornada del juicio contra su médico, Conrad Murray, acusado de homicidio involuntario por la muerte del cantante.
Durante la vista se mostró también una imagen de un moribundo Jackson tumbado en una camilla de hospital.
La sesión arrancó en la Corte Superior del condado de Los Ángeles con el alegato inicial del ayudante del fiscal del distrito, David Walgren, quien describió al doctor como un profesional avaricioso y negligente cuyos "actos y omisiones" acabaron con la vida del "rey del pop".
El abogado de la defensa, Ed Chernoff, dio la vuelta a ese argumento e insistió en que el propio Jackson, obsesionado por "hacer historia" con sus nuevos conciertos y víctima de una "total incapacidad para dormir", se autoadministró los medicamentos que le mataron cuando Murray no estaba presente.
Chernoff habló de su cliente como de un cardiólogo altruista, y no "un doctor de famosos", que aceptó ponerse a los servicios del artista para ayudarlo a realizar sus actuaciones y tratar de solucionar su adicción a los fármacos, en concreto al propofol.
"El día que murió (25 de junio de 2009) era el tercero de un proceso de recuperación. El 22 de junio Jackson aceptó cooperar con el doctor para quitarse el propofol. Ese día le dio la mitad de la dosis. La jornada siguiente no le dio propofol, durmió y fue al trabajo", relató Chernoff.
En su última madrugada, según la defensa, Jackson volvió a sufrir de un intenso insomnio y "rogó" a Murray que le diera propofol, algo a lo que el médico accedió.
Murray reconoció haberle inyectado la misma dosis que el día 22, 25 miligramos de propofol, una cantidad que, según los expertos, no es letal.
Según Chernoff, Jackson aprovechó un momento en el que el médico se ausentó de su habitación para tomar una dosis mayor de propofol y pastillas de lorazepam que hubieran puesto a dormir "a 6 personas".
"Una tormenta perfecta en su cuerpo que causó su muerte", dijo el abogado, quien añadió que "Jackson falleció tan instantáneamente que no tuvo tiempo de cerrar sus ojos".
El médico, visiblemente emocionado cuando se describió su primer encuentro con Jackson, escuchó muy serio cómo la fiscalía le acusaba de dejar a su suerte al cantante la noche que murió para irse a hablar por teléfono.
"Murray abandonó a Michael Jackson, ese hombre vulnerable, lleno de medicamentos sin los equipamientos apropiados", dijo Walgren, quien sorprendió a la corte y a la familia del artista presente en la sala con una grabación de la voz del artista que sonaba notablemente confusa.
El audio fue tomado por el propio Murray en mayo de 2009 y en él se escucha a un balbuceante Jackson en un estado de aturdimiento, presumibemente por el efecto de alguna sustancia.
"Tenemos que ser fenomenales. Cuando la gente salga de mi espectáculo quiero que digan: 'No he visto nada así en toda mi vida. Él es el mayor artista del mundo", manifestó el "rey del pop" en referencia a los conciertos "This Is It" que iba a comenzar en julio en Londres.
Walgren aseguró que Murray, a pesar de ver el estado de deterioro en el que estaba Jackson, continuó dándole propofol y cometió una "flagrante negligencia" equivalente a un homicidio involuntario.
Chernoff confirmó que Murray le estuvo administrando al artista propofol durante dos meses hasta que finalmente logró convencerle para que dejara de tomar la sustancia.
"Michael Jackson tenía un problema que no podía superar con su talento", apuntó Chernoff, quien culpó a quien fuera su dermatólogo, Arnold Klein, de convertirlo en un adicto a demerol, un fuerte analgésico que puede generar insomnio.
Tras las presentaciones iniciales, el primer testigo de la acusación, el codirector de los conciertos, Kenny Ortega, declaró que semanas antes de la muerte de Jackson se planteó la cancelación del tour al ver el pésimo estado de salud en el que estaba el artista.
"Él debería ser evaluado psicológicamente", dijo Ortega en un correo electrónico fechado el 20 junio.
Preguntado por la defensa, Ortega reconoció que llegó a pensar que el cantante era adicto a alguna droga.
El promotor de conciertos de la compañía AEG, organizadora de "This Is It", Paul Gongaware, siguió a Ortega en el estrado y explicó que Jackson solicitó que Murray fuera su médico durante su gira.
El doctor, según Gongaware, pidió 5 millones de dólares por un año de contrato, aunque finalmente se conformó con 150.000 dólares al mes.
Murray se ha declarado no culpable de los cargos que pesan en su contra y en caso de recibir un veredicto desfavorable se enfrentaría a una pena de hasta cuatro años de cárcel.
Está previsto que el juicio dure al menos cinco semanas. EFE