madrid. José Luis Rodríguez Neri, exdirector general de la SDAE, filial digital de la SGAE, y al que las investigaciones sitúan al frente de la trama empresarial utilizada para defraudar millones de euros a la entidad de gestión, era una persona sin formación, "beligerante" y preocupado por garantizarse una abultada prejubilación, según se extrae del sumario del caso Saga. Según Pablo Campo, exempleado de la SGAE y responsable del Sistema de Información que trabajó con Neri en TESEO (su proyecto para el cobro de los derechos digitales), "Neri no tenía formación académica y le faltaba experiencia para afrontar un proyecto de semejante envergadura". El propio Neri declara que su formación es "la de Bachiller Superior y después, 40 años en Informática". Neri era una persona con un carácter "beligerante", manifiesta Pedro Farré, asesor de la SGAE: "Neri era muy beligerante y no era trigo limpio". Lo corrobora la exdirectora de Recursos Humanos de la SGAE, Natalia Gómez de Enterría, a quien Neri dijo en una ocasión: "Tú no sabes el poder que tengo aquí, lo cabrón que puedo ser y el daño que te puedo hacer". En los últimos tiempos, Neri se mostró muy preocupado por dejar arreglada su situación económica ante la disolución de la SDAE y su fusión con la SGAE. En su declaración, explica que cobraba 220.000 euros brutos al año. Con la disolución de la SDAE, Neri preparó una carta a Teddy Bautista con su propuesta de pasar a cobrar 203.000 euros. Bautista niega que Neri esté buscando una fórmula jurídica con la que seguir percibiendo los mismos emolumentos. "El señor Neri lo que quiere es prejubilarse. La Sociedad abre un Plan de Prejubilaciones muy bueno, porque se les da el 80% del salario hasta el día que cumplen la edad de jubilación".