LOS ÁNGELES. La vista arrancará a las 8.45 hora local (15.45 GMT) en los tribunales del centro de la ciudad con los alegatos iniciales de acusación y defensa, que serán seguidos por las declaraciones de testigos.

Murray, de 58 años y quien fue el médico personal del artista, ha sido acusado por la fiscalía de homicidio involuntario y podría enfrentarse a una pena de hasta 4 años de cárcel si recibiera un veredicto desfavorable.

En una vista preliminar celebrada en enero, el médico reivindicó su inocencia y se declaró "no culpable".

El coreógrafo Kenny Ortega, encargado de dirigir los conciertos "This Is It" con los que tenía previsto reaparecer el cantante en 2009, será el primero en subirse al estrado a declarar, según el diario Los Angeles Times.

Ortega será llamado por la acusación para explicar al jurado cómo Murray le aseguró durante los ensayos que precedieron a la muerte de Jackson que el creador de "Thriller" se encontraba perfectamente, a pesar de que el coreógrafo consideraba que el artista estaba débil.

"El doctor Murray me dijo que ésta no era mi responsabilidad y me pidió que no actuara como un doctor o un psicólogo y que le dejara la salud de Michael a él", dijo Ortega.

También testificará hoy Paul Gongaware, una de las personas que trabajaban para la empresa promotora de los conciertos, AEG, quien será preguntado por conversaciones que mantuvo con Murray y Jackson.

Según la web Radar Online, los hijos mayores del "rey del pop", Prince Michael y Paris, de 14 y 13 años, respectivamente, han pedido a su abuela y tutora, Katherine Jackson, que les permita declarar en el juicio, que está previsto que dure aproximadamente 5 semanas.

Katherine no se ha mostrado partidaria de exponer a los menores a participar en el proceso judicial, aunque los niños insisten en contar lo que vieron el día en que murió su padre, según la información del portal de internet.

El jurado llamado a dirimir responsabilidades sobre la muerte del cantante quedó compuesto por 12 personas, 7 hombres y 5 mujeres, entre los que hay un cartero, un contable en paro, un conductor de autobús y un director de programas de televisión.

La mitad de sus componentes son de origen caucásico, 5 tienen raíces hispanas y uno es afroamericano. Todos declararon estar al tanto de las noticias sobre el final de Jackson y 7 de ellos admitieron ser admiradores de su música.

El juicio ha generado una gran expectación mediática y será emitido por el programa especializado en juicios In Session a través del canal TruTV.

En la exposición inicial de sus argumentos, la fiscalía explicará que durante la investigación realizada tras la muerte de Jackson se hallaron pruebas suficientes de que la mala praxis de Murray acabó con la vida del artista.

La defensa del médico buscará sembrar la duda sobre la verdadera participación de su cliente en lo sucedido y todo apunta a que retratará a Michael Jackson como un adicto a los fármacos cuya salud estaba muy deteriorada.

Se cree que los abogados de Murray podrían incluso alegar que el propio cantante se habría tomado la dosis de anestésico Propofol que, combinada con otros sedantes, tuvo un efecto letal.

Michael Jackson murió el 25 de junio de 2009 víctima de una intoxicación aguda de medicamentos, en especial del fármaco de uso hospitalario Propofol, según determinó la autopsia.

Murray ha reconocido que la jornada en que falleció Jackson le inyectó al "rey del pop" sedantes para ayudarle a combatir el insomnio, incluido el propofol que, según ha publicado la prensa en EE.UU., el artista consumía de forma habitual.

El médico, sin embargo, explicó que tras administrar los fármacos Jackson estaba vivo y que abandonó la habitación para atender unas llamadas telefónicas.

A su regreso se encontró a Jackson inerme y sin pulso sobre la cama.

Jackson tenía 50 años en el momento de su fallecimiento y estaba en Los Ángeles haciendo los últimos ensayos de los conciertos con los que pensaba reaparecer sobre los escenarios y que iban a celebrarse en Londres a partir de julio de 2009 con el título "This Is It".

El cantante había contratado a Conrad Murray como su médico personal para que le acompañara durante su estancia en el Reino Unido.