Vitoria. Ha llovido lo suyo desde que tuvo lugar la primera, en 2004, y las Pintxo Jam Session no se detienen. De hecho, el próximo 30 de septiembre llegarán a cumplir su trigésima edición, uniendo una vez más la improvisación musical con el gusto gastronómico. Como viene siendo habitual en las últimas citas, el Gora será el escenario propicio para este encuentro abierto a la participación de todos aquellos que se quieran subir a las tablas para aportar algo de jazz, funky, soul, rock...

Tanto entre los interpretes (profesionales y amateurs) como entre el público, estas citas musicales han ido creciendo con el paso de los años de una forma considerable, convirtiéndose en auténticas fiestas sonoras donde, en realidad, la consumición de pintxos es una excusa como otra cualquiera para reunirse y crear momentos insospechados, al tiempo que sirve como elemento distintivo con respecto a las jam session que se pueden producir en cualquier parte del mundo. En este caso, si nada cambia en este tiempo, los participantes se encontrarán desde las 20.30 horas hasta que el cuerpo aguante.

La dinámica de estos encuentros se ha mantenido casi inalterado en estas 30 ediciones, más allá incluso de los cambios de ubicación que ha vivido. La fórmula pasa por dejar que cualquiera con ganas de tocar o cantar pueda subir a sumar su granito de arena. No hay muchas reglas, por no decir ninguna, sólo seguir el ritmo propuesto en cada tema y dejarse llevar. Y, por supuesto, degustar la comida.

Desde el pasado mes de mayo, los seguidores de estas jam, que son unos cuantos, están con las ganas de volver a vivir una noche que siempre depara sorpresas. En septiembre se podrán desquitar.