TODAVÍA no se ha tirado una sola foto del Festival de Jazz, pero el certamen ya empieza a revelarse. El negativo se registró hace un año, cuando Josu Izarra invitó a los músicos de Tuba Skinny a su estudio para inmortalizar su visita. Y resulta que la banda volverá este año al Jazzaldia gasteiztarra para compartir de nuevo una música que dejó huella en la ciudad.

Para huellas las de la propia banda, que recorrió las calles de la ciudad en su incesante itinerancia. También, como todas las brass band que amenizan el festival, sus integrantes fueron invitados el sábado al escenario de Mendizorroza. Fue antes de ese bolo cuando Josu se acercó a ellos, les ofreció la posibilidad y les entregó un catálogo de su último trabajo. La respuesta llegó pronto, "esa misma noche, después del concierto". Sí. Un último apunte de Josu. Que fueran con su vestimenta artística. "Es nuestra ropa, cómo vamos a ir".

Y es que lo que parece un uniforme musical repleto de revival es el atuendo del día a día de esta agrupación bohemia. "La tuba casi no entraba por la puerta", recuerda Josu, echando la mirada doce meses atrás, "y lo que hice es invitarles a unas cervezas antes de empezar a nada". Lenguaje de entablamiento, el del fotógrafo alavés.

Otra tabla, la de lavar de Robin Rapuzzi, fue la primera en ir pasando ante el objetivo de Josu. "Puede utilizarla como tabla, como violín o como ametralladora; Robin es el Charles Chaplin de la época actual", asegura el fotógrafo, que cuenta con el percusionista como reclamo del póster de una muestra compuesta por una veintena de imágenes, que colgarán desde mañana -inauguración, 20.00 horas- en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, su hogar hasta el próximo 28 de agosto.

El tubista Todd Burdick, la cantante Erika Lewis, el guitarrista Kiowa Wells, la trompeta de Shaye Cohn, el trombón de Barnabus Jones... Todos ellos fueron pasando individualmente por los focos de Izarra, que también los inmortalizó en grupo. Lo hizo "con una técnica de pigmentos naturales sobre papel de algodón, con plotter pero con papeles artísticos", con la música de su primer disco como banda sonora de la sesión. También lo es en el making off de tres minutos que ilustra la muestra, "para que la gente vea cómo están hechas estas instantáneas", apunta.

Además, la música también está retratada en las composiciones. Una trama de notas ejerce de conceptual telón de fondo en los retratos de 40x50, desatinados y virados a ocre, retrocediendo con sus tonos y sus marcos artesanales a esa otra época en la que viven las ropas y los sonidos de Nueva Orleans de la agrupación. El sexteto no llegará a la inauguración. Pero seguro que pasa a tocarse unos temas por La Florida. No será con He like´s it slow, sino con el que es ya su tercer disco. Ese que pondrá líricas imágenes a las calles del festival.