Vitoria. Si hace seis días sendos bertsolaris creaban in situ sus melódicas rimas -algunas convocaban a la risa- sobre el escenario del Teatro Principal, hoy es el teatro Federico García Lorca el que toma el relevo de la creación espontánea. La compañía Imprebis, especialista en esto de elaborar al instante, se acerca a sus tablas con el espectáculo Imprebis cinco estrellas, donde siguen apostando por el humor que destila la improvisación escénica.
"Si lo has visto, volverás; si no, no te lo puedes perder", reza la publicidad de un espectáculo del que poco más se puede decir, salvo que estará plagado de sorpresas, hasta para sus propios protagonistas. Carles Castillo y su tocayo Montoliu serán los encargados de mostrar sus dotes interpretativas en una disciplina que Gasteiz ha catado durante los últimos tiempos a través del Teatro al K.O. que acoge periódicamente la sala Jimmy Jazz.
"Es la única obra de teatro que podría ver quince veces", asegura Santiago Segura, uno de los miles de espectadores que ya ha disfrutado de esta receta escénica, en la que dos actores y un músico -Víctor Lucas- ofrecen un espectáculo diferente a partir de una idea, una frase, una sugerencia que el público espectador propone.
"¡Tú nunca sabrás lo que vas a ver! ¡Ellos tampoco saben lo que van a hacer!", grita otra promoción de la pieza, con la que muchos espectadores jóvenes se aficionaron al teatro en los años noventa, cuando el teatro de improvisación eclosionó en la península. Actualmente, la marca de trabajo lleva diecisiete años en cartel y suma dieciocho países a sus espaldas. Las que se acercarán hasta ella esta noche, a partir de las 20.30 horas, se recostarán por poco tiempo en los asientos del centro cívico Lakua. Pronto la risa tratará de conquistarlas.