Donostia. Chillida Leku confirmó, diez años después de su apertura, su carácter de utopía. Quienes en diciembre apuraron sus últimos días para visitarlo hicieron bien, porque los responsables del museo hernaniarra anunciaron ayer que no volverá a abrir sus puertas al público y sólo estudiosos del escultor guipuzcoano tendrán acceso a las obras del caserío Zabalaga.
Tras las declaraciones reincidentes de que el acuerdo estaba "cerca" y la insistencia en una posible reapertura "en primavera", la noticia tomó por sorpresa a todos, incluidas las instituciones que participaban en las negociaciones. Las conversaciones se intensificaron cuando el museo hernaniarra cerró sus puertas, en principio temporalmente, a partir del 1 de enero a causa del "déficit económico". Como suele suceder, las versiones no son coincidentes. Para los Chillida no se daban ni siquiera las condiciones básicas; para las instituciones restaban "detalles menores del acuerdo".
La interpretación de los herederos del artista donostiarra, sintetizada en un comunicado de un folio y medio distribuido a las 13.00 horas, hacía públicos sus argumentos por los que el museo retorna "a su origen como colección privada". Esto significa, en la práctica, el cierre del espacio al público -la obra de Chillida podrá seguir siendo analizada por los expertos en Zabalaga- y la ruptura de las negociaciones con la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco. No se ha encontrado esa "fórmula de gestión y participación" de la que hablaba el Ejecutivo.
Según pudo saber este periódico, la decisión se ha fraguado en los últimos diez días, después de que hace dos semanas las instituciones presentaran un documento que "cayó como un jarro de agua fría" en los Chillida. Se trata de la segunda propuesta que intentaba impulsar las negociaciones. La primera, en noviembre, cuando no habían trascendido públicamente las conversaciones, desembocó en el anuncio del cierre temporal del museo.
"forma desleal" Ni la Diputación de Gipuzkoa ni el Gobierno Vasco quisieron ayer entrar en el detalle del desacuerdo pero sí subrayaron su "sorpresa" por las declaraciones de la familia Chillida anunciando la ruptura de las negociaciones. No habían sido avisados de antemano. En las sedes de las dos instituciones se celebraron ayer sendos gabinetes de crisis para preparar una respuesta conjunta. Finalmente, a media tarde, redactaron un comunicado conjunto en el que recordaban que el "año y medio" invertido en la solución y censuraraban los métodos.
"Nuevamente -también se utilizó el mismo modus operandi para el anuncio del cierre temporal- nos ha sorprendido la forma desleal de anunciar esta decisión a través de los medios de comunicación sin informar antes a las partes implicadas en la negociación". Además, recalcaron que "lo último que esperábamos es una ruptura de las negociaciones en un momento en el que nuestros representantes estaban ya trabajando en los detalles menores del acuerdo".
Los familiares del escultor, en cambio, reivindicaron asuntos "básicos". Los gestores de Chillia-Leku aseguraron que "las instituciones cuestionan, entre otras cosas, el carácter monográfico del museo, que es una de sus bases fundamentales y que como tal ha sido conocido y apreciado en sus diez años de existencia". Los depositarios del legado del escultor no aceptan "incorporar a este espacio obra de otros artistas", aunque sí hubieran admitido "nuevos espacios anexos con exposiciones temporales", se entiende que en los terrenos de la finca Lore Toki.