Madrid. La XXV edición de los Premios Goya, emitida por La 1 de TVE, registró una cuota media de pantalla del 25,4% el domingo por la noche y fue seguida por 4.340.000 espectadores, lo que supone una pérdida de 316.000 seguidores y un punto de share respecto a la gala del año pasado.

El minuto de oro se registró a las 23.31 horas cuando 5.274.000 televientes seguían la entrega de los premios del cine español con una cuota media de pantalla del 26,6%, según los datos facilitados ayer, un día en el que se sucedieron los comentarios y opiniones sobre las tres horas que duró la ceremonia, su guión, su estructura, los largos discursos de algunos premiados, el papel de Andreu Buenafuente...

Así por ejemplo, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, destacó que la entrega de los premios Goya "fue una buena gala" y subrayó que Alex de la Iglesia ha sido "un estupendo presidente" de la Academia de Cine. Además, indicó que fue un "día importante" para la cultura española, ya que el cantante Alejandro Sanz fue premiado con un Grammy.

La ministra afirmó que no se sintió mal durante la gala y añadió que el discurso del cineasta (muy comentado y también muy apreciado en amplios sectores) le pareció "muy bien". Sí dijo, en cambio, que le habría gustado que hubiese habido "más mujeres candidatas y mujeres premiadas", porque, a su juicio, hubo "muy buenas películas el año pasado de directoras debutantes y de directoras que repiten". "Ésa es la cantera que hay que potenciar", destacó.

En cuanto a la Ley Sinde, que se aprueba hoy en el Congreso, la ministra señaló que "Alex entiende la situación perfectamente y el equilibrio de los derechos de todos, que es lo que persigue el Gobierno".

Por su parte, Álex de la Iglesia, embarcado ya en el rodaje de su nueva película, La chispa de la vida, instaba a restar importancia a su dimisión. "No es tan importante. En este país, ¿qué pasa? ¿no dimite nadie? Esto es un cargo voluntario, no remunerado, en el que yo decido hacer algo y en este momento creo que es mejor que no lo haga", declaró. De su discurso, De la Iglesia afirmó que dijo "lo que quería decir. Era un discurso sincero".