Vitoria. Aprender y enseñar. En ese equilibrio se mueven los habitantes de Next, estudiantes de Bellas Artes que se encuentran, de repente, mostrando su trabajo en Montehermoso. Irantzu Lekue, Amaia Gracia e Inés Bermejo son, hasta el 10 de abril, las nuevas autoras seleccionadas -todas con alguna pequeña experiencia expositiva previa- en el programa del centro, con trabajos que se mueven entre Godard... y los cangrejos.

Los crustáceos son los protagonistas de Mientras hay vida, donde la gasteiztarra Irantzu Lekue transforma el dolor en esperanza. "Trata sobre el cáncer y sobre los sentimientos y miedos que se producen en la lucha con la enfermedad", explica Lekue, que a través de la escultura -decenas de reproducciones del cangrejo-, el vídeo -centenares de ellos recorriendo una playa-, una instalación de imágenes -cuerda, pozo, abrazo, pelo- y un texto de Jorge Manrique reflexiona sobre las coordenadas del dolor. No en vano la muerte y "el proceso que nos conduce hacia ella es una temática importante en mi obra", reconoce.

Dicen que por separado no hubiera sido posible. La iruñarra Amaia Gracia y la getxotarra Inés Bermejo sentían admiración mutua por su trabajo, así que se plantearon realizar una colaboración desde cero. Nada de fundir piezas, sino elaborar una conjuntamente. Un concepto rondaba su proyecto a cuatro manos, a dos cerebros, y una escena de Le petit soldat, de Jean-Luc Godard, disparó el proceso creativo, fue "una excusa para empezar a trabajar con el movimiento del cuerpo y la feminidad", explica Amaia Gracia. "Hemos querido trabajar desde la disciplina de la escultura y desde lo audiovisual", añade Inés Bermejo.

En la escena que alimenta la pieza, Ana Karina posa para Michel Subor, y esa es precisamente la esencia que atrapa la muestra del tándem de artistas, que a partir de las claves estéticas elaboran una construcción desestructurada que se sustenta a su vez en la referencia de la cinta de Godard.

Las tres coinciden en lo importante de la experiencia de mostrar su trabajo en Montehermoso, de adaptarse al espacio y repensar sus inquietudes para conformar la mejor exposición posible. Un paso importante en sus florecientes trayectorias, que otros que pasaron por Next han convertido en una relación que ha seguido prolongándose con nuevas colaboraciones. Amaia, Irantzu e Inés enseñan. Y siguen aprendiendo. Se mueven. Y sienten. No es un exilio breve. Es una huella. Y, al final de la escapada, el cangrejo sigue andando.