Vitoria. Gorka Aginagalde ejerce de conductor entre sus dos vertientes escénicas. Humor y música -aunque esta última tiene también mucho de carcajada- se dan la mano en la sala Jimmy Jazz en Con lo bien que se está en casa, conexión de disciplinas que funde melodías y libreto en las tablas de Coronación, a partir de las 21.30 horas.
"Tres elementos cuyo hábitat natural es el sofá del piso que comparten, que se atreven a dar consejos sobre la comunicación y a cantar". Es la sinopsis de esta singular mezcla, que reúne sobre la escena de la Jimmy Jazz al citado Aginagalde, a Iñigo Salinero Txaflas y a Luis Mari Moreno Pirata. Muchos motes para un solo tablao.
Tres adictos al vacile constante se dan cita hoy -con la entrada a un precio de seis euros- para dar rienda suelta a su forma de ver la vida. Por un lado se encuentra la rama teatral, la que conforman Aginagalde y Txaflas, que tras coincidir en Kunka han desarrollado su labor como dueto enganchado a la comedia en piezas como Manual del buen vivir -donde el primero ejercía como guionista y el segundo como Marqués de Landaverde- o Cotillas, donde ambos compartían labores delante y detrás del telón.
Por el otro lado, la rama musical, encarnada por la conexión Aginagalde/Pirata. Los dos son integrantes de la banda Losdelgás, un proyecto siempre in crescendo que se ha granjeado un público fiel a base de bolos donde la querencia por el espectáculo desbordado, el rock directo y contundente, y unas letras siempre incisivas y cargadas de socarrona ironía sirven como atractivo para el público. Como telonero de Los Despistados, el quinteto demostró sus tablas en veladas que dejaban las tablas más que calientes para la banda de pop-rock.
Queda saber cómo funciona esta nueva mezcolanza que hoy se estrena en el prolífico espacio de la calle Coronación, cómo se combinan estas dos vertientes en una sola propuesta. Gorka, Iñigo y Luis Mari tienen la palabra y la guitarra. "Una cosita de humor y música en directo", redefine Gorka la sinopsis. La noche se presta a riffs y gags en la Jimmy Jazz, que entre bolo y bolo siempre deja su calendario abierto a nuevas fusiones escénicas.