vitoria. Ttukun, ttukun... El ritmo ancestral por antonomasia en la cultura euskaldun hace escala hoy en Gasteiz. Durante todo el día, las tablas arderán al rojo vivo en la almendra prenavideña, que se rinde al poder comunicativo, casi instintivo, en una nueva edición, la séptima, del Gasteizko Txalaparta Maratoia. La cita arrancará cuando las dos agujas, como dos makilas, se unan en lo más alto del reloj.
Será entonces cuando la calle Cuchillería se torne escenario para acoger un txalaparta-poteo en el que los aficionados al instrumento podrán mostrar sus habilidades, pero también los que nunca se han acercado a él podrán tomar las baquetas y lanzarse a sus primeras improvisaciones.
La jornada matinal, que cada año -desde el nacimiento de Txalamako, en 1998- se ha acompañado de puestos de venta con material relacionado con la txalaparta, acabará a las 14.30 horas, y se retomará por la tarde con una kalejira que tratará de vencer, por los bares de la zona, a las rudas temperaturas.
Lo conseguirá, seguro, con la propuesta alavesa de Kolpez Kolpe (Zugaz Taberna, Cuchillería 85), con el acento navarro -como el propio nombre indica- de Nafarroa (Bar Txapeldun, Cuchillería 34). El Gaztetxe, en esta fase vespertina abierta a los múltiples orígenes, tomará el relevo a partir de las 22.00 horas sucediendo en sus tablas a Kalakan (Iparralde) y Majarambú (Bizkaia). Cuando las makilas vuelvan a llegar a lo más alto de la esfera del reloj, con su gemela luna como testigo, la jornada musical se dará por concluida.
La txalaparta, como recuerda la web de la asociación -www.txalamako.org- nació con una simple tabla colocada sobre cestos con hojas de maíz. Espuma, goma y caballetes son algunos de sus aderezos modernos, pero, a pesar de los avances, sigue desconociéndose su función original. Quienes deseen compartir lo que les sugiere, en cualquier sentido, podrán hacerlo en un mural que se instalará en el maratón. Todo está preparado para la makila de salida. Ttukun, ttukun...