washington. El desfile de artistas encabezado por la actriz Eva Longoria y el músico Arturo Sandoval abrió el miércoles la gala del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI), la primera gran cita latina del curso político, que tuvo como protagonista a Barack Obama y su renovado "sí se puede" a la reforma migratoria.

La edición número 33 de la gala anual del CHCI, teñida de tono político por un apasionado discurso del presidente estadounidense, tuvo también espacio para la música, los flashes y la búsqueda de famosos, en una alfombra roja abarrotada de periodistas y curiosos.

En una entrada amenizada por artistas hispanos y miembros del Congreso, la invitada más esperada, Eva Longoria, se hizo de rogar hasta minutos antes de la ceremonia, cuando apareció junto a su marido Tony Parker y ataviada con un vestido negro largo hasta los pies que le dejaba la espalda al descubierto.

"Estoy muy emocionada, presenté la gala del CHCI hace años así que esto es como completar un círculo", dijo la actriz, refiriéndose al premio que recogió en la gala. Longoria recibió la Medalla de Excelencia por Liderazgo y Servicio Comunitario.

El mismo galardón obtuvieron el músico de jazz de origen cubano Arturo Sandoval, que sumó una distinción más a su palmarés, y el compositor portorriqueño Lin Manuel Miranda, ganador de un premio Tony por su musical de Broadway In the heights.

Sandoval y Miranda fueron protagonistas musicales de la noche, marcada por la actuación de la familia entera de la percusionista Sheila E.

El productor y empresario Emilio Estefan, por su parte comentó que la gala era una ocasión para "celebrar las importantísimas influencias culturales que han entrado en Estados Unidos con los latinos".

Junto a músicos como Elvis Crespo y actores como Wilmer Valderrama y Amy García, los miembros del Caucus Hispano pusieron el toque político de la segunda noche tras la vuelta al trabajo en el Congreso, y aplaudieron la presencia de Obama por segundo año consecutivo.

Pero los mayores vítores se los llevó el presidente durante su discurso, cuando los gritos de Puerto Rico te bendice, estamos contigo o el más directo te amo de una mujer le obligaron a interrumpirlo.

Su mujer, Michelle, se mantuvo en un discreto segundo plano, vestida con un brillante vestido largo en tonos plateados, que contrastaba con el de motivos florales que escogió la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Ante una audiencia de unas 3.000 personas, los discursos centrados en los avances logrados en el curso político pasado se perdieron entre la música y el salmón con mousse de vieira del menú, excepto cuando entre los discursos se colaba alguna referencia a la esperada reforma migratoria.

No en vano, el discurso en el que Obama se comprometía a avanzar en una de sus promesas electorales pendientes desató menos aplausos al final que cuando resumió su voluntad de unificar el país en una frase: "Sólo existen unos Estados Unidos".