aNTES era un almacén de bollería, así que ya estaba acostumbrado a que, en su interior, se cocieran muchas cosas. En Uritiasolo, el pabellón 44 de Venta de la Estrella es sinónimo desde hace mucho tiempo de trabajo nocturno. Una asociación cultural ha ido surcando los nueve círculos del infierno rock -y garage, y soul, y blues...- hasta alcanzar la década (hell)dorada, que celebra este año como mejor sabe... Con más música.
Todo comenzó como debe hacerlo cualquier proyecto. Con una ilusión, esta vez compartida. Cuatro músicos locales, ante el letargo musical que se extendía por la ciudad, que amenazaba con la hibernación perpetua de los oídos, se lanzaron sin red a un proyecto modesto que, años después, es referente musical. Su sueño, poder acercar a Gasteiz a sus bandas favoritas, ésas por las que tenían que consumir galones de gasolina de ciudad en ciudad. Y los sueños, algunas veces, se cumplen, convirtiéndose también en sueños de otros.
Dick Dale, Slim Jim Phantom, The Royal Crown Revue, Barrence Whitfield, Mother Superior, The Cynics, The Fleshtones... Son sólo algunos de los nombres que se han subido a las llamas -perdón, tablas- de este transitado escenario, que ronda el millar de bolos, a ritmo de medio centenar de veladas por temporada. Y sólo era un sueño...
Un sueño que vuelve a renacer este año con un programa que ya desvela sus primeros y jugosos contenidos. Tras el doblete inaugural del pasado viernes -Bronze+Super 400-, de la mano de Luna Krea, el principal encargado de dar el pistoletazo de salida de la temporada 2010/2011 será, el viernes 17, el power soul de J.C. Brooks&The Uptown Sound, acompañado por The Soul Movers -con Deniz Tek y Pip Holey, de Radio Birdman- y los vitorianos Sumisión City Blues.
Seis citas componen la agenda del mes de octubre. Espectacular apertura, el día 1, la que ofrecerán la armónica de Marcos Coll y la guitarra de Adrián Costa. Los Reyes del K.O. compartirán escenario con la banda de Vinila Von Bismark, Lucky Dados, mientras que la vocalista será la encargada de cerrar la noche como discjockey.
Acostumbrada a grupos en cargada gira estatal, la escena de Helldorado regresa el martes 12 con el rock&roll de Steve Lucky&The Rhumba Bumbs, y al día siguiente riza el rizo con el soul bluesero -o viceversa- de otra compañía, la de Lady Dottie&The Diamonds.
Dos días después, Helldorado vira hacia otra de sus coordenadas, la que fija su atención en los grupos de aquí. Con Gorka Urbizu como único referente original, Berri Txarrak vuelve una vez más a Gasteiz -reciente aún su paso por La Blanca- para seguir mostrando la poderosa colección de temas de Payola.
24 horas después, el sábado 26, otro nuevo reencuentro. Ojalá Tito&Tarantula vuelva a tocar El pistolero en su nueva descarga de rock fronterizo en Gasteiz, antes de otro retorno con eco reciente, el de The Experimental Tropic Blues Band -tras su paso por Azkena Rock Festival- el día 22. Junto al explosivo power trío estará la no menos talentosa banda australiana The Bowers.
Cinco noches cuentan con visita en el calendario de noviembre. También pasó por el ARF la agrupación valenciana de rock metalero Uzzuahia, que acerca su gira 13 veces por minuto junto a los gasteiztarras Rockaina, el viernes 5. Al día siguiente, el doblete lo dispondrá -junto a un grupo por confirmar- otro combo local, Same Old, con Traidor, inconfeso y mártir todavía recién hecho.
Para el viernes 19, otro tándem foráneo/local. Por un lado, el quinteto californiano Jet Boy, con el metal y los ecos clásicos insertados en el ADN musical. Por el otro, Turboneskak, que proponen el rock como "música de sanación y meditación", a golpe de decibelio.
Un clásico cierra el adelanto musical propuesto por Helldorado. Son cada vez más los fieles a la propuesta de la asociación Kromlech, que año tras año organiza el festival Spktro, con los sonidos industriales y el reverso tenebroso de la electrónica como santo y seña. Será los días 26 y 27.
Más que suculentos contenidos para el arranque del año. Un décimo que huele a ganador y que sigue la senda de trabajo de las temporadas anteriores, con los socios de Helldo -en torno al medio millar por temporada- como auténticos baluartes del proyecto. La campaña comienza enseguida. El noveno círculo deja paso a una nueva vuelta de tuerca que volverá a llenar de ritmo y pasión por la música este rincón indispensable. De diez.