El multimillonario artista británico Damien Hirst, conocido por sus tiburones o vacas en formol, entre otras extravagancias, ha sido acusado de plagiar a otros colegas. No menos de quince obras suyas están inspiradas en otras ajenas, según Charles Thomson, artista y fundador de los stuckistas, grupo militante activo a favor del arte tradicional y crítico del premio Turner que concede la Tate Gallery. No es la primera vez que Hirst se expone a ese tipo de acusaciones, como ocurrió con su cráneo humano engarzado de diamantes. Pero ahora, en la revista de arte Jackdaw, Thomson cita quince casos de plagio, entre ellos los anaqueles con medicinas que comenzó a exhibir en 1989 y su instalación Pharmacy (Farmacia), de 1992.