Hamburgo. El yate Eclipse, propiedad desde hace poco del magnate ruso Roman Abramovich, llegó ayer al muelle Elbe 17 del puerto de Hamburgo. Con un precio final de 500 millones de euros, el doble que el avión de pasajeros más grande del mundo, el A380, el Eclipse abruma por sus maximalismos, empezando por su eslora de 163 metros. La impresionante nave cuenta con un helipuerto que desaparece bajo cubierta apretando un botón y un hangar en sus bodegas con apertura al mar para tres enormes lanchas motoras. Con ochenta miembros en su tripulación y una superficie habitable de 6.000 metros cuadrados, está dotado con la mayor piscina del mundo bajo techo en una nave y de un aérea balneario con gimnasio, sauna, baño turco, jacuzzi, salón de masajes y peluquería. Cuenta con varios salones y comedores, pero también con una enorme sala de cine para disfrutar del séptimo arte recostado sobre grandes sofás-cama. Construido en los astilleros alemanes Blohm + Voss, dio trabajo a más de 4.000 operarios. Abramovich presionó en los últimos meses para que la entrega se hiciera en los plazos previstos, ya que tiene intención de estrenarla con motivo del Mundial de Fútbol que se inició ayer.
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