madrid. Mario Vargas Llosa mostró ayer su "desconfianza visceral" hacia el libro electrónico, un formato que, precisó, "quizá acabe con la noción de obra maestra". El escritor peruano, que acaba de terminar de escribir su nueva novela, El sueño del celta, hizo estas declaraciones en Madrid, durante el acto de entrega de los XIII Premios NH de relatos que llevan su nombre y que en esta edición ganaron la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi y los españoles Gustavo Martín Garzo, Juan Bonilla y Carlos Castán. "No estoy en contra (del e-book), pero en la literatura ha traído simplificación, si se compara con el papel", dijo. No obstante, precisó que, si bien algunas generaciones acabarán por desconocer el libro tradicional éste existirá "para minorías" y, "al ser minoritario, quizá aumente su rigor".

Sobre su nueva novela, embarcado hacía más de dos años y que Alfaguara publicará "probablemente" antes de fin de año, señaló que está basada en un personaje histórico, el irlandés Roger Casement, cónsul británico en el Congo a principios del siglo XX y amigo del escritor Joseph Conrad. La vida de Roger Casement, fue "muy aventurera, realmente novelesca", y en parte se desarrolló en la Amazonía y en el Congo, en la época del boom del caucho. Casement (1864-1916), político nacionalista irlandés, "viajó con Conrad por el río Congo, y fue quien le abrió los ojos al escritor sobre lo que realmente ocurría allí cuando el Congo era la propiedad privada de Leopoldo II", rey de los belgas; un período en el que se cometieron "iniquidades casi inconcebibles". Tras su actuación en el Congo, fue ennoblecido por la corona británica, y cuando se supo que en la Amazonía también se cometían "terribles abusos" contra los indígenas, lo pusieron al frente de una comisión para investigar lo que sucedía en la región del Putumayo. Pero su suerte cambió pronto. Durante la Primera Guerra Mundial fue acusado de facilitar armas a los nacionalistas irlandeses y condenado a muerte.