CUANDO los famosos se movilizan por una causa, generalmente no arreglan nada pero durante unos instantes los ojos del mundo se vuelven hacia el país o colectivo bendecidos por las estrellas y recuerdan que allí persiste un problema. Esta semana están de suerte en Bosnia y en Malawi.
En compañía de representantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Angelina Jolie y Brad Pitt han visitado durante el fin de semana varios centros de refugiados en Gorazde, Visegrad y Rogatica, este último sin agua potable ni otras condiciones elementales para una vida normal y que sigue albergando familias casi quince años después de la guerra de Bosnia.
El motivo de la visita era llamar la atención sobre las necesidades de las personas alojadas en los citados centros. Aida Prljaca, portavoz de ACNUR, explicó que "sólo su decisión de llegar a Bosnia significa mucho. Sus actividades, además del apoyo financiero, se reflejan también en que atraen la atención del público mundial dondequiera que aparezcan". Angelina Jolie reconoció que ha quedado "impresionada" por la fortaleza de las personas que aún viven en los campos de refugiados.
"Después de ver a esas personas y oír sus historias, no puedo realzar suficientemente cuán necesario es centrarse en el bienestar de los más amenazados", declaró. También mostró su esperanza en que se pueda encontrar una solución y recalcó que "sólo entonces podremos cerrar uno de los capítulos más trágicos de la historia reciente". Dicho esto, Angelina Jolie y Brad Pitt eligieron un lujoso hotel en la costa montenegrina para tomarse un descanso e intentar escapar de la presión de la prensa. La pareja se hospeda en Becici, cerca del centro turístico de Budva. Se esperaba que se desplazaran al balneario croata de Dubrovnik, pero cambiaron de destino para despistar a los periodistas.
Por otra parte, la cantante estadounidense Madonna está en Malawi, acompañada por David Banda y Chifundo Mercy James, sus dos hijos adoptivos malauíes, para visitar uno de los proyectos que recibe el apoyo de Raising Malawi, organización de ayuda humanitaria fundada por la estrella del pop.
"Como madre que soy, me causa dolor cuando veo a mujeres que no tienen acceso a agua potable o a una buena educación", dijo Madonna durante su visita a la localidad de Gumulira, acompañada también por sus dos hijos biológicos, Lourdes, de 13 años, y Rocco, de 10. Gumulira, una localidad de 5.000 habitantes en el centro de Malawi, es uno de los pueblos que reciben la ayuda del proyecto Millenium Promise, una iniciativa de la universidad de Columbia y de la ONU y en el que participa la ONG de la que Madonna es una de las fundadoras.