Madrid. "Me parece que hemos creado algo brillante", proclama con entusiasmo Michael Nyman. El afamado compositor habla y no para sobre The glare, un compendio de canciones ya publicadas a las que ahora pone letra el cantante de pop y soul David McAlmont.
"Es la clase de colaboración con un artista pop que siempre había querido hacer, y le ha dado la posibilidad a David de escribir canciones distintas, alejadas de la fórmula amorosa", explica Nyman. "Hay una especie de profunda energía en la música de Michael, y yo parezco un ángel llameante, así que cuando nos combinamos surge algo muy especial", remata McAlmont, que actuará junto a Nyman hoy en el Teatro Circo Price de Madrid y mañana en el barcelonés Palau de la Música.
Para esta tarea literaria conjunta, David McAlmont recurrió a las obras de Théodore Géricault, pintor francés del siglo XIX que "vivía para retratar la vida contemporánea". "Eso me llevó a pensar que era una buena idea plasmar la actualidad en la música de Michael", rememora. Bajo esa premisa, el cantante inglés se enfrascó en narrar temáticas de carácter global a través de pequeñas historias personales. La Michael Nyman Band, compuesta por instrumentos de cuerda y viento, recrea las canciones de un disco en el que destacan los errores bancarios de Take the Money and run, la explotación sexual en City of Turin, la eutanasia en Friendly fire o la visión que The glare proyecta de los realities.
El primer contacto entre ambos se retrotrae a 2002, cuando ambos artistas coincidieron en el londinense museo Sigmund Freud. "No tenía ni idea de quién era, pero le pregunté cómo se llamaba, a qué se dedicaba y le comenté que algún día deberíamos trabajar juntos; el tipo de cosas que se dicen en estas situaciones", recuerda Nyman. La propuesta no fructificó hasta 2008, cuando el compositor contactó con McAlmont a través de la red social Facebook. "Recibí un mensaje en el que me sugirió hacer algo juntos, así que nos reunimos varias veces, hablamos de muchas cosas y de todo eso salió The glare", apunta el vocalista.