Donostia. El domingo lo celebró en Madrid, con su gente, el equipo de Celda 211, y esta semana hará un alto en el rodaje de la película Eva para festejarlo con su familia en Donostia.

"Muchísimas gracias. Dios mío, esto no me lo esperaba", fueron sus primeras palabras. ¿De verdad no creía que ganaría el Goya?

No, de verdad que no esperaba ganar. Con mi papel en Celda 211 ni siquiera esperaba salir nominada porque es un personaje muy pequeñito.

¿Pensaba que Vicky Peña, Pilar Castro y Verónica Sánchez tenían más oportunidades?

Pensaba que iba a ganar Vicky Peña, que es una de las grandes, pero me tocó a mí. A veces ves un trabajo magistral y está claro quién va a ganar. Por ejemplo, cuando fui candidata por Azuloscurocasinegro estaba claro que se lo llevaría Penélope Cruz por Volver, pero casi siempre es una lotería.

Pronunció usted uno de los discursos más emocionantes de la noche. ¿Lo llevaba preparado?

No, pero tenía claro que se lo iba a dedicar a la gente a la que quiero y me limité a nombrarles a todos. Se lo dediqué a los aitas porque un premio es un reconocimiento a tu trabajo, pero también te hace mirar atrás y ver que si estás ahí es gracias a mucha gente. El Goya no es sólo mío, ha llegado gracias al apoyo de las personas que me quieren y han creído en mí como actriz. Ganar un premio te brinda la oportunidad de dar las gracias a la gente que te ha ayudado a lograr tu sueño.

Mencionó especialmente al aita, que está pasando momentos difíciles.

Tuvo un accidente de tráfico bastante gordo en Navidad. Han sido dos meses muy duros, pero saldrá adelante. Por eso me hizo mucha ilusión ganar el Goya y darle una alegría.

Primero fue usted y luego Luis Tosar, su pareja, quien subió a por el Goya. Una noche increíblemente redonda...

Desde luego. Hemos estado en una nube y ayer [por el lunes] llorábamos por todo. Estas cosas ocurren pocas veces en la vida y por eso lo hemos disfrutado a muerte. Porque los premios luego se quedan ahí, son para disfrutarlos un día. No te hace mejor actor ni te da más trabajo, sino que te aporta la felicidad de ese día en que tienes que celebrarlo, porque luego todo vuelve a la normalidad.

¿Y cómo lo celebraron?

Estar en la entrega y ver que Celda 211 ganaba cada vez más premios multiplicaba nuestra alegría. Tras la gala nos juntamos en una sala de Madrid reservada para el equipo.

¿Cómo piensa celebrarlo cuando vuelva a Donostia?

Lo celebraré, por supuesto, con mi familia. Les eché mucho de menos porque no estuvieron en la gala; sólo te dan una invitación para un acompañante y siguieron la entrega en casa por televisión. Lo celebraron sin mí, pero esta semana la pasaré en Donosti porque haré una pausa en el rodaje de Eva, la primera película de Kike Maíllo.

¿Qué puede contar de ella?

Es una cinta de ciencia ficción que me hace mucha ilusión rodar porque el intérprete principal es Daniel Bruhl y repito con Alberto Ammann, protagonista de Celda 211 y ganador del Goya al mejor actor revelación. Además, es una película de un género que no se ha tocado mucho en España y ya es hora de ser valientes y atrevernos con lo que queremos.

Había sido nominada en tres ocasiones anteriores. ¿Le habría hecho más ilusión recibir el Goya por alguno de esos tres papeles?

No lo sé. Habría sido feliz recibiéndolo en cualquiera de las tres ocasiones anteriores. Mi felicidad es hacer un buen trabajo, y que la gente lo reconozca te hace muy feliz.

Al igual que usted, muchos de sus compañeros subieron al escenario y se deshicieron en elogios hacia Daniel Monzón, director de "Celda 211"...

Todos pensamos que ha sido el extraordinario capitán de este barco, que ha sabido crear un ambiente propicio para trabajar, muy profesional y muy personal. Daniel es una persona muy cariñosa, de muy fácil trato. Todo el mundo le escuchaba porque tiene algo afectivo, te da seguridad, sabe lo que quiere y lo que no quiere, tiene mucho conocimiento profesional y todos le adoramos.

¿Cuál es el secreto del éxito de "Celda 211"?

El secreto es que junta muchos buenos ingredientes. El primero es un extraordinario guión, porque todo empieza ahí, con una buena historia. Es cierto que puedes tener un gran guión del que salga una mala película, pero no ha sido el caso de Celda 211. Luego también influye, como he dicho, tener un gran director y un equipo muy potente de actores y técnicos. Todos pusimos mucho de nosotros mismos porque teníamos ilusión en el trabajo y al final eso se refleja en el resultado.

¿Felicitó al músico Alberto Iglesias, el otro donostiarra ganador?

Sí, me parece un artista indiscutible y una persona muy linda. Es una alegría que se haya llevado ocho Goyas y los que vengan. El Goya de honor para Antonio Mercero también fue emocionante.

¿Le sorprendieron el discurso de Álex de la Iglesia y la aparición de Almodóvar?

Me encantó Álex, es un extraordinario presidente. Necesitábamos uno que metiera caña y él ha trabajado muy duro y muy bien. Que apareciera Pedro también fue extraordinario porque debe estar ahí como una de las figuras más importantes de nuestro cine. Nos levantamos y le aplaudimos para hacerle sentir que es importante. Si necesita aplausos, hay que dárselos, debemos cuidarnos entre todos porque somos una familia. Para criticar ya están otros.