Habrá muchos seguidores que le conozcan en su faceta de cómico y se pregunten: ¿pero éste dibuja?
Claro, es curioso porque yo, antes de nada, era ilustrador. Decía: ¿pero cómo voy a estar en la tele? Pero al final, mira tú, aquí estamos. Fue una cuestión de azar, no creas. Yo era ilustrador y así me sentía.
De libros infantiles, además.
Sí, sí. También estuve en la editorial como maquetador y diseñador. Y fijaté, ahora soy un payasete televisivo. Todavía me pregunto cuál es la razón (risas).
Aquí le han "engañado" para explicar cómo se dibuja, pero eso ¿de verdad se puede enseñar?
Hombre, mi intención es dar consejos básicos para saber cómo se empieza a hacer un cómic. Es una cosa complicada porque no deja de ser contar una historia, cómo la cuentas, con qué imágenes... Todo eso es difícil. Y lo que quiero es dar algunas pautas porque en los inicios siempre tienes en la cabeza un pequeño batiburrillo. Dibujar es lo mejor del mundo, eso ni lo dudes.
¿Pero es de los de consejos vendo que para mí no tengo?
Totalmente. Ahí me has pillado. Yo, de hecho, no he realizado un cómic en mi vida pero sé cómo se hacen. Es como los que hablan de fútbol pero no han jugado en su vida. Lo que hecho, sobre todo, es ilustraciones para revistas, tiras cómicas y animaciones. Y soy un lector de cómic totalmente empedernido. Cada vez me gustan más. En ese sentido no he madurado nada con respecto a mi adolescencia. Al revés, como tengo más poder adquisitivo, los cómic no me caben en casa.
Vamos, es un vicio confesable.
Sí. Es una cosa maravillosa. Además, ahora tengo la suerte de que se editan mucho y muy bien.
¿Es más de lo que ahora se llama novela gráfica o de las historietas de revistas y humor ácido?
Más de novela gráfica pero leo muchas cosas.
En esto, como en todo, hay que tener sentido del humor, pero ¿hay que reírse de todo?
El humor te permite hablar de cosas de cosas que de otra forma sería imposible. En ese sentido siempre es bueno. Pero tampoco te puedes reír de todo. Tienes que guiarte por tu instinto. La autocensura es una buena herramienta.
¿Se ríe consigo mismo?
Sí. Creo que soy gracioso. Es que si no lo pensara no me dedicaría a esto. Ahora me pagan por decir lo que antes decía gratis.
¿En qué momento un licenciado en Bellas Artes con trabajo en una editorial importante se decide a meterse en "La hora Chanante? ¿Fue el dinero, la fama y las mujeres?
Un poco de todo (risas). Pensaba que la tele era dinero, mujeres, tiempo libre, poco trabajo... vamos, el sueño americano. Ahora en serio, pensé que me podía divertir y lo que me proponían me daba libertad. Estoy en la tele porque La hora Chanante y Muchachada Nui me permiten desarrollar creativamente muchos aspectos y hacerlo con amigos.
En "Muchachada Nui" es también el director. ¿De los de látigo con el resto o asambleario?
Las decisiones las tomamos entre todos lo que pasa es que al final alguien tiene que decir "esto o esto" y me toca a mí porque son más ordenado que los otros.
Tal y como está hoy la televisión, ¿cuál es mejor programa de humor: el suyo o "Sálvame"?
Sálvame es imparodiable. La realidad supera la ficción. De hecho, ves el programa y ves que ellos, desde el primer segundo, ya están en clave de comedia. No lo veo a diario pero en estas vacaciones navideñas lo capté un par de veces y, desde luego, aburrido no es. Es entretenimiento en estado puro.
Con "Muchachada Nui" ahora van a salir de gira y a usted incluso se le ve en anuncios.
Sí tío, el vil metal es lo que tiene. Cuando te llaman para hacer anuncios es una buena noticia (risas). Estamos traspasando el underground. ¡Pero qué está pasando aquí!
¿Dónde está el secreto?
Ni idea.