barcelona. El pintor Albert Ràfols Casamada, uno de los grandes artistas de vanguardia de la segunda mitad del siglo XX y uno de los referentes de la abstracción lírica, falleció ayer en Barcelona a los 86 años, según informó la Escola Eina de diseño y arte, que había fundado en 1967.

Ràfols Casamada falleció en una clínica de Barcelona donde había ingresado recientemente al agravarse su estado de salud, que se había ido deteriorando en los últimos años, aunque el pasado 21 de octubre participó en un homenaje que se le rindió en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, explicó ayer el director de la Escola Eina, Oriol Pibernat.

Nacido en Barcelona en 1923, se inició en el dibujo con su padre, también pintor, y aunque cursó cuatro años de Arquitectura, abandonó la carrera para empezar una trayectoria artística influido por los movimientos constructivistas y abstractos derivados de las composiciones de Cézanne y Matisse y del fauvismo. Becado en París entre 1950 y 1955 con el Instituto Francés, continuó estudiando con interés la obra de Cézanne y los fauvistas, y a su regreso a Barcelona inició en su pintura un proceso de abstracción a partir de la temática paisajística, una etapa concretada entre 1957 y 1963. Entre 1964 y 1968 en sus obras aparecen los primeros collages, mientras que en la etapa siguiente, 1969-1977, el color irrumpe acaparando total protagonismo e incorpora objetos en sus trabajos creativos, hasta alcanzar, en los 80, espacios múltiples ordenados por el color y la luz. La estructuración de la superficie pictórica, la luz y el color continuarán siendo sus temas en los años 90. Sus cuadros se encuentran en museos y colecciones públicas y privadas de todo el mundo, como los Guggenheim, el British Museum y la Tate Gallery de Londres, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Centro Pompidou de Paris, y el Reina Sofía de Madrid. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, destacó ayer que si hubo un artista "próximo", fue Casamada. El pintor también fue recordado ayer por el presidente catalán, José Montilla, o la directora de la Fundació Joan Miró de Barcelona, Rosa Maria Malet.