MAdrid. Las diferencias entre la baronesa Thyssen y su hijo Borja, lejos de solucionarse, no hacen más que aumentar. La baronesa ha afirmado que su hijo está "en manos de una secta". Sin embargo, su madre, Carmen Cervera, ha explicado que sus obras de arte y las de su difunto marido se rigen por la ley inglesa, que no reconoce la herencia legítima, que reclama su hijo. "El abogado de Borja no conoce bien las leyes británicas o a lo mejor no sabe leer en inglés", ha sentenciado. Para ella, su hijo "forma parte de una secta que le reclama dinero, con muchos gastos, con gente extraña a su alrededor; ha contratado una asesora de imagen, me impiden verle, poder hablar con él... está abducido".
Todo esto en medio de la negociación de Carmen Cervera con el Ministerio de Cultura sobre el futuro de su colección. Sobre la pelea con su nuera, Blanca Cuesta, Carmen Cervera ha asegurado que "jamás" pidió "una prueba de paternidad" a Borja. "Fue Blanca quien propuso la prueba... y se sacó una casa de seis millones de euros. Eso solo lo hacen para desprestigiarme", sentencia.
La baronesa lamenta que no puede ver a su nieto Sacha. "Me gustaría ver al niño más a menudo. Sólo me ha permitido cogerlo en brazos una vez, y porque había foto", asegura.
Carmen tiene claro que "mientras Borja este mal aconsejado, no debe contar con nada". En esta afirmación pueden incluirse los cinco millones de dólares (3,4 millones de euros) que Borja Thyssen recibe cada cinco años además de los más de 300.000 dólares (206.000 euros) que percibe al año y que debe cobrar el próximo 24 de julio cuando cumpla 30 años.