Un gran día de movimientos tácticos camino de Javalambre. Todos los equipos que aspiran a ganar la Vuelta han cometido el error de dejar que Kuss se metiera en la escapada. Lo han pagado con creces. Si quieres ganar la carrera hay que controlar a tres corredores: Roglic, Vingegaard y Kuss. Es de libro. Si dejas marchar a Kuss y que coja seis minutos, te toca trabajar de lo lindo por detrás y te encuentras que acaba la etapa y el Jumbo ha dejado a casi todo el pelotón a contrapié. A pesar de todo, Mas y Evenepoel van todavía por delante de Roglic y Vingegaard en la general, pero el tablero ha cambiado porque ahora tienen que soltar a Kuss, amén del nivelazo del danés y el esloveno, que han sido superiores a ellos en la subida. A Jumbo la carrera le ha salido perfecta. Respecto al tiempo que ha perdido Evenepoel, creo que hay que recordar la caída que sufrió una vez pasada la meta en Andorra. Tras una caída, por pequeña que sea, el rendimiento del corredor baja durante dos-tres días. Luego lo normal es recuperar. Esa mala sensación que ha dado el belga en Javalambre creo que puede responder a ese motivo. Ahora nos queda una Vuelta con muchas llegadas en alto, pero con un equipo claramente dominador, el Jumbo. El resto de equipos que quieran llevarse la carrera van a tener que pensar que deberán moverse de otra manera y plantear otras estrategias. También deberían pensar a qué equipo le interesaba más parar en la etapa con final en Montjuïc. Efectivamente, era el Jumbo. Tenía tres corredores para ganar la Vuelta y le interesaba no perder a ninguno. Tras la caída de Roglic mandó parar. Esa fue su maniobra y le salió bien porque el resto cedió a lo que quería el Jumbo. Ahora el Jumbo se la ha devuelto a todos. Lo que pasa es que quienes hicieron caso estarán a contrapié toda la Vuelta.
El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk