El Jumbo ha corrido perfecto. Han completado una táctica mejor incluso que la de Laruns, pero cuando las piernas les funcionan a los líderes, en este caso a Pogacar, que ha ofrecido una gran versión en Cauterets, el efecto de las tácticas es mucho menor. En cualquier caso no se puede poner ni un pero a la carrera que ha hecho el Jumbo. Después de lo sucedido en el Marie Blanque tenían que probar a Pogacar, pero el esloveno ha respondido de maravilla. En ese aspecto han hecho lo que tenían que hacer. Eso sí, Pogacar ha demostrado estar muy fuerte. Estaba claro que el Tour no estaba finiquitado y el esloveno, con la victoria en Cauterets, ha reducido buena parte de la desventaja que tenía respecto a Vingegaard. Lo bueno es que el Tour queda muy abierto y eso es un regalo para quienes lo disfrutamos. No hay nada decidido. Eso sí, la etapa que hemos vivido subraya una idea que todos teníamos desde que comenzó el Tour. La carrera es cosa de dos, de Pogacar y Vingegaard. La superioridad de ambos respecto a los demás es muy grande. Queda la lucha cerrada entre ellos y por otro lado la carrera entre los que buscan el último cajón del podio, el único accesible por lo que hemos visto. En ese aspecto hay varios corredores con opciones de estar ahí. Las dos jornadas de Pirineos también han servido para aclarar cosas. Desde mi punto de vista hay equipos que tienen que cambiar de objetivos de inmediato, como el Bahrain. Lo mejor que pueden hacer ciclistas como Mikel Landa o Pello Bilbao es buscar victorias a través de las fugas. Ahí pueden tener opciones de brillar. Por lo demás, a la espera de Puy de Dôme, estamos viendo un Tour espectacular y una lucha de poder a poder entre Vingegaard y Pogacar.
El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk.