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En esencia

María Tato

Los martes sociales

En las elecciones generales del 2019, se hicieron famosos los viernes sociales del Gobierno. En plena campaña, todos los viernes se anunciaban medidas de corte social que no se habían implementado durante el mandato, pero que, sorprendentemente, surgían como una suerte de tómbola barraquera.

El contenido de estas medidas de viernes no era, ni mucho menos, baladí. Algunas eran de tal calado como la revalorización de las pensiones, la ampliación del permiso de paternidad o la aprobación del subsidio a los mayores de 52 años.

Debió de funcionarle al Partido Socialista esta fórmula de “vivan los viernes” porque no encuentro otra explicación a lo que estamos viviendo en estas últimas tres semanas.

El proceso ha cambiado en pequeños detalles, por ejemplo, las grandes medidas no se aprueban los viernes sino los martes, que es el día de reunión del Consejo de Ministros. Estas medidas de carácter social no las comunica el portavoz del gobierno, sino el propio Sánchez con micrófono en mano, mientras celebra un mitin en fin de semana.

En escasamente tres semanas, hemos vivido el anuncio y la aprobación de ayudas a los jóvenes para la compra de vivienda, rebaja del coste del Interrail para este mismo colectivo o la aportación de avales para la compra de vivienda. Respecto a los mayores de 65 años, Sánchez ha debido intuir que estaban necesitados de ver una película y anunció el pasado fin de semana, la rebaja del coste del cine para este colectivo. Muy social no veo la medida, pero en campaña todo vale y sino díganselo al señor Almeida, que ha anunciado a bombo y platillo el regalo de un chupete con el oso y el madroño a todos los futuros recién nacidos de Madrid.

No seré yo quien critique las medidas sociales o pseudosociales. El problema es que esta fórmula de anuncio hace que en ocasiones se desvirtúe el mensaje que viene de fondo y la importancia del contenido de la medida. Aún nos quedan días de campaña, veremos lo que dan de sí y qué grandes anuncios nos hace el Gobierno.

No seré yo quien critique las medidas sociales. El problema es que esta fórmula de anuncio hace que en ocasiones se desvirtúe el mensaje que viene de fondo y la importancia de su contenido