NB: personas no binarias, no encajan en ese espejismo de usar solo un bit para el género (0 femenino, 1 masculino), a veces incluso lo niegan. Pero a la gente binarista le basta un cromosoma Y para ordenarlo todo, sean radicales cristofanáticos del bus naranja de los penes y las vulvas, sean radicales transfóbiques de la mujer mujer frente a mujeres con pene. Hay mucha, conocidas y conocidos, y con mando y visibilidad. Esa gente divide el mundo entre quienes exudan testosterona y quienes nadan en estrógenos. Son los de falda o pantalón, axila depilada o peluda, los de mira qué andares de marimacho y mira qué mariconazo, deja de contonearte. Usas los pronombres y la e como genérico y convulsionan.

El binarismo es demasiado moderno para apelar a que sea la tradición y menos aún lo “normal”. Es un engaño implantado, clasista, colonial y capitalista, nos lo fueron vendiendo mientras montaban el chiringuito de élites mandando sobre la chusma. Colonial porque el señor caucásico y cristiano se hizo normativo para el mundo. Unos esclavizaban a la gente de colores y sabores diferentes y se permitía hasta el exterminio de su cultura y su ser; otros, más píos, rapiñaban sus recursos y los convertían a la Verdad, ahora como masa currante y orante. Que sí, que el mundo ha ido siendo también otras cosas, que la modernidad trajo democracia y derechos humanos, aunque no todavía para todes. Así que ahora, cuando lo binario se nos queda corto, cuando el espectro que va entre lo uno y la otra muestra todos los colores, cuando tanta gente se siente persona más allá del binarismo, hay que revindicar la diferencia, romper el Cistema (con c de cis) y manifestarnos conmemorando a las trans negras prostituidas que la montaron en el Stonewall hace tantos años. Feliz Orgullo, querides. l