La bióloga estadounidense Joanne Chory, que fue galardonada en 2019 con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, ha fallecido a los 69 años, ha informado este jueves la institución que concede estos galardones.

Chory fue distinguida en 2019 junto a la argentina Sandra Myrna Díaz por sus "contribuciones pioneras al conocimiento de la biología de las plantas, que son trascendentales para la lucha contra el cambio climático y la defensa de la diversidad biológica", según destacó el jurado.

El acta del premio resaltó que los trabajos de Chory sobre las respuestas moleculares y genéticas de las plantas a las variaciones ambientales, en particular luz y temperatura, ayudan a "comprender y mejorar la adaptación de los sistemas naturales al calentamiento global".

Bióloga dedicada al estudio de plantas

La directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, ha lamentado "muy sinceramente" el fallecimiento de Chory, una científica que, según ha valorado, dedicó su vida al estudio de las plantas, a su funcionamiento y sus reacciones a condiciones ambientales de estrés, así como al desarrollo de especies capaces de absorber mayor cantidad de dióxido de carbono del aire.

"Su excelente trayectoria como investigadora fue ampliamente reconocida a lo largo de su carrera. En la Fundación siempre la recordaremos con admiración, respeto y cariño", ha expresado Sanjurjo.

Nacida en Methuen (Estados Unidos) en 1955, Chory se graduó en Biología en el Oberlin College (Ohio) y se doctoró en Microbiología en la Universidad de Illinois en 1984.

Realizó estudios postdoctorales en Harvard y en 1988 se incorporó al Instituto Salk, donde ocupó diversos puestos, entre ellos el de directora de Investigaciones y del Laboratorio de Biología Celular y Molecular de Plantas.

Chory centró su campo de investigación en el estudio de los mecanismos que regulan el funcionamiento de las plantas, desde el nivel molecular hasta el celular, así como las reacciones de estas a condiciones ambientales de estrés.

Para llevar a cabo sus investigaciones utilizó un organismo modelo, la "Arabidopsis thaliana", que ha desvelado aspectos relevantes sobre los genes implicados en funciones como la sensibilidad a la luz, las hormonas que regulan el crecimiento de la planta y la respuesta ante el estrés hídrico.

Son especialmente reconocidas sus aportaciones sobre el papel del fitocromo, una proteína vegetal sensible a la luz roja e infrarroja, y la corregulación de genes que participan en la fotosíntesis.

Chory también estudió el desarrollo de plantas capaces de absorber hasta veinte veces más dióxido de carbono del aire que las normales.