La inteligencia artificial (AI) está en boca de todos, en gran parte debido a Chat GPT y la popularidad de los modelos de lenguaje avanzados. Cuando la película “Her” (Spike Jonze, 2013) se estrenó hace ya una década, su argumento todavía resultaba extravagante y propio del género de la ciencia ficción. Hoy en día, sin embargo, parece estar más cerca que nunca. Así lo demuestra el proyecto “The Hybrid Couple” de la artista multidisciplinar catalana Alicia Framis, que el año que viene celebrará en Ámsterdam una ceremonia de matrimonio con AiLex, una IA representada por un holograma. Pero ¿estamos realmente preparados para normalizar las relaciones con entidades virtuales?

Los asistentes virtuales, como Siri y Alexa, ya han allanado el camino hacia una relación más estrecha entre humanos e IA. Con el tiempo, podríamos ver el surgimiento de compañeros virtuales aún más sofisticados que ofrezcan compañía emocional y apoyo. Estos compañeros podrían adaptarse a nuestras preferencias individuales, aprendiendo de las interacciones para brindar una experiencia más personalizada.

Pixabay

No obstante, la idea de salir con una entidad impulsada por IA plantea interrogantes éticos y emocionales. ¿Podría realmente la tecnología emular la complejidad de las relaciones humanas? La conexión emocional, la empatía y la comprensión son elementos intrínsecos de las interacciones entre personas y podrían resultar difíciles de replicar mediante algoritmos y códigos informáticos.

Además, la privacidad y la seguridad se convierten en preocupaciones fundamentales en un escenario así. Compartir nuestros pensamientos más íntimos con una entidad no humana creada por una empresa plantea ciertas cuestiones que se deben tener en cuenta, desde posibles filtraciones de información hasta el manejo adecuado de nuestros datos más personales.

En última instancia, aunque la posibilidad de salir con un compañero impulsado por IA es intrigante, es esencial abordar cuidadosamente las implicaciones éticas y emocionales que conlleva. La convergencia entre humanos y tecnología supone desafíos significativos, pero también abre nuevas oportunidades para explorar la complejidad de las relaciones en una era digital en constante evolución.

“Lo esencial es poner los avances tecnológicos al servicio de las personas y garantizar que se usan de una forma ética y contribuyen a nuestro bienestar”, recalcan desde la consultora LIS Data Solutions. Esta empresa experta en IA aboga por explicar las ventajas de esta nueva herramienta para la sociedad y poner el foco en las importantes mejoras que supone en muchas áreas, desde la agricultura sostenible hasta la eficiencia energética. Aspectos como los relacionados con los compañeros virtuales permanecen aún en el campo de la ficción.

Pixabay

Por el momento, y al margen de performances transgresoras como la de Alicia Framis, la IA solamente se está utilizando para personalizar las interacciones en algunas plataformas de citas en línea, lo que permite sugerir coincidencias basadas en algoritmos y preferencias. En cualquier caso, a medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más digital, es difícil no pensar en cómo estas innovaciones impactarán en la forma en que experimentamos el amor y las relaciones. ¿Estamos preparados para dar la bienvenida a la inteligencia artificial en el complicado mundo del romance? El tiempo dirá. Mientras tanto, la ciencia ficción nos ofrece un vistazo intrigante a lo que podría ser nuestro futuro emocional.